martes, julio 23, 2024

Tres vacíos

Cuando la soledad agobia con signos de apatía y sientes cada vez más latente el egoísmo de los ausentes por su falta de empatía, ingresas a un estado de desinterés absoluto, donde no existe la motivación y mucho menos el entusiasmo, pierdes la esperanza de ser mejor contigo mismo, en esa desatención habita tu olvido camuflado de sarcasmo.
El fastidio de vivir se hace evidente, es un aburrimiento constante y notas cómo vas perdiendo terreno por culpa de la desidia, no encuentras paz en tu mente, pues te invaden pensamientos intrusivos que generan un malestar punzante, producto de los ecos, a veces te aborda la envidia, otras la culpa, porque parece ser que las redes sociales no hacen más que señalar tus defectos.
La pena te resulta infinita, es una derrota seguida de otra que va dejando secuelas, una tierra totalmente erosionada, donde nada brota, sientes que hay algo encima de ti que te limita, pero sigues galopando, al igual que un caballo estimulado por espuelas, no cesa el dolor y tu alma permanece rota, ya que compartes tus sueños con el temor.
Tus miedos se convierten en pesadillas que te visitan todas las noches, en un mar de dudas recurres a pastillas y otros derroches, para luego lidiar con una seguidilla de reproches. Aún sin poder llenar aquel vacío, otra vez soledad te contagia de tristeza, es tan despiadada que permite al hastío regresar para desordenar un rompecabezas donde siempre faltaron piezas.
Es tan difícil tratar de reconstruirse en medio del desierto de la melancolía, los consejos que te dieron parecen tan superfluos y faltos de simetría, simplemente no encajan o piensas que tal vez seas tú quien no termina por encajar, todo eso te conduce al aislamiento, necesitas reflexionar a solas, buscas cambiar porque sabes que al dolor ya no lo controlas.
¿Pero cómo hacerlo si cada vez que lo intentas la ansiedad te sobrepasa? ¿Cómo lograrlo si la frustración se presenta como la principal amenaza? Fatiga saber que cuanto más lo intentes los deseos de morir aumentan, todo te conduce hacia el vacío, todo parece un semblante acongojado, todo permanece oscuro y frío.
Cuando la depresión te asalte, piensa en algo que te hizo feliz y aférrate a ello, no intentes llenar los vacíos, tan solo contempla, respira, calma; todo depende de cómo lo enfoques, el mundo aún es un lugar bello. Acepta la ayuda de afuera, escucha, habla; aunque parezca, no estás solo, no estás sola, siempre habrá alguien para apoyarte, lo mejor está por venir, no dejes de buscarte.

REFLEXIÓN
Cada 13 de enero se rememora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, una alteración del estado de ánimo que afecta aproximadamente a 300 millones de personas en todo el mundo; según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) más de 700.000 personas se quitan la vida cada año y muchas de esas muertes son por causa de estados depresivos.
Si alguna vez sientes una tristeza permanente, impotencia, culpa, irritabilidad, deseos de aislarte; problemas de sueño, trastornos de apetito, falta de energía, falta de concentración o pensamientos suicidas, busca ayuda profesional y no te alejes de tus seres queridos, es indispensable mantener una buena salud mental, para el correcto desarrollo de una persona.

El autor es Comunicador, Poeta y Artista.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES