Pasó otro tiempo sin que se consiga que los intereses nacionales tengan prioridad sobre cualquier otro; parecería que las conveniencias personales y los intereses de grupo tienen prioridad en relación con lo mucho que importa el país. Seguimos por los senderos pequeños, viendo en qué y cómo el partido y su militancia pueden lograr provecho a costa de la nación; hay notoria inclinación a seguir por los senderos del “hoy por ti, mañana por mí”; es decir aprovechar lo aún existente y que podría satisfacer a una militancia siempre ciega de ambiciones, siempre ávida por aprovechar lo que sea para satisfacer lo nunca contentado.
Quienes trabajaron honestamente en alguna dependencia pública comentaron: “realmente, cuánto puede servir haber trabajado en tal o cual institución: aprendí mucho y me sirve en el campo en que hoy me desenvuelvo”. Es una clara y honesta expresión que puede ser de utilidad para quien sirve y seguramente quiere laborar eficientemente, sin necesidad de aprovechar el cargo, sino dispuesto a dar de sí lo mejor. Son ejemplos dignos de comentar en colegios y universidades.
Estos y otros casos son dignos de imitación y deberían ser tomados en cuenta, para no desaprovechar lo mucho que pueden dar personas capaces. Sin embargo, palabras como: “Acaba de subir el partido, es urgente aprovechar y ofrecer con anticipación lo que quiera quien hoy dé algo”, son emitidas por quien quiere ventajas, por el que está seguro por venderse, del que no sabe de valores y principios. Es consigna del que conseguirá lo que quiera a costa de lo que sea. La corrupción cosecha tanto cuanto puede, es una realidad diaria; sin embargo, siempre surgen los que seguirán por el camino recto, por una conducta que muestra dignidad y honradez, valores que enaltecen.
Debe importar más el país que los intereses sectarios
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