El tanque de combate T-64 es de fabricación rusa y es el tanque de combate más numeroso en las filas de Ucrania y, aunque actualizado, su origen se remonta a los años 50. El ejército del presidente Volodímir Zelenski tiene que emplear a fondo su flota de tanques compuesta fundamentalmente por los modelos T-64 y T72. De los primeros se estima que Ucrania tenía antes de la guerra entre 720 y 800 unidades, mientras que de los segundos solo contaba con unos 100, según datos de Military Watch.
Si bien puede parecer que es un número más que importante, la tecnología que equipa los tanques ucranianos les posiciona en una clara inferioridad frente a Rusia. En un momento clave, debido a que el este del país, donde se están desplazando ahora las tropas de Moscú, es un terreno propicio para este tipo de tanques, con grandes llanuras despejadas.
Ucrania necesita fuerzas mecanizadas, tanques y vehículos de combate de infantería que se establezcan en posiciones de batalla, según comentó Michael Liscano, mayor del Ejército de estados Unidos, a The War Zone. Si tienen muchos misiles anticarro jabalín y sin una fuerza blindada que los respalde, prosigue.
El T-64 es uno de los primeros tanques de combate desarrollados por la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial. Comenzó su diseño a principios de los años 50 y se introdujo oficialmente en servicio en 1966, permaneciendo desde entonces operativo en diferentes ejércitos que los han ido adaptando a lo largo de las décadas. Ucrania, como el máximo operador actual del T-64, ha sido uno de los países que más ha invertido en la modernización de este tanque.
Según recientes informaciones en la prensa londinense, el gobierno del Reino Unido enviará 14 de sus tanques Challenger 2 a Ucrania y aumenta la presión sobre Alemania para mandar tanques Leopard. Polonia y el Reino Unido siguen presionando a Alemania para que envíe armamento militar a Ucrania. Los tanques Challager serán los primeros de fabricación occidental que llegarán a Ucrania.
El presidente Zelenski agradeció al Reino Unido por su apoyo y señaló que su país se prepara para una larga guerra de desgaste con Rusia, mientras espera que los países de la OTAN envíen vehículos de combate.
El Kremlin aseguró, sin embargo que los tanques británicos Challenger2 arderán en Ucrania y no podrán influir en el curso de la guerra, o más bien a lo que llaman los rusos “operación militar especial rusa”. Esos tanques arderán como el resto, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. Además aseguró que los nuevos suministros de armas a Ucrania de parte del occidente no son capaces de influir en la situación sobre el terreno. Pueden solo alargar la historia y causar más males al estado ucraniano, afirmó.
El presidente ucraniano desea sobre todo los tanques de combate Abrams estadounidenses y los Leopard alemanes, pero Berlín aún se muestra reticente a suministrarlos y a autorizar su exportación por otros países, aun cuando Polonia se ofreció a enviar a Kiev una compañía.
Alemania es la más criticada por Ucrania y sus aliados por su reticencia a suministrar a Kiev el tanque europeo por excelencia, el Leopard. En medio de la controversia, la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, anunció hace poco su dimisión.
En todo caso, el director ejecutivo del consorcio armamentístico alemán Rhienmettal, Armin Papperberger, indicó hoy que no podría suministrar a Ucrania los tanques de sus existencias antes de 2024.
El debate en torno al suministro de tanques pesados se ha ido abriendo camino y Occidente se ha mostrado más abierta en los últimos días a considerar esta opción. Un centenar de soldados ucranianos han llegado a Fort Sill, en el estado de Oklahoma (Estados Unidos), para empezar a entrenarse en el sistema de defensa antimisiles Patriot, lo que hace suponer que Kiev estaría más cerca de obtener sistemas de protección contra misiles.
Londres, Inglaterra.