Claudia N. Herbas Flores
Potosí, fue una de las ciudades más ricas del mundo en la época de la colonia, hace 500 años, a diferencia de hoy, cuando no le queda ni la sombra, al ser una región que ha quedado postergada en Bolivia, como un hijo huérfano.
El Cerro Rico se está desmoronando después de siglos de extracción de la plata de sus entrañas, por instrucción de los españoles que vinieron a conquistar estas latitudes de América. Gracias a la fuerza de trabajo de los indígenas bolivianos de esa época, que fueron sus esclavos, se llevaron nuestro mineral precioso y plateado a su país, a tal punto que se podía hacer un puente de aquí hasta allá. Lo peor es que nunca hemos reclamado por una deuda histórica de miles de millones de dinero, por ese robo descarado y las humillaciones a nuestras razas nativas, a indígenas tratados como burros de carga.
Ojalá la realidad de Potosí cambie, ahora que la empresa canadiense New Pacific Metals Corp ha descubierto una veta inmensa de plata, con una inversión de 37 millones de dólares, en la exploración de la mina Silver Sand, en su municipio Tapobamba. Esta cifra es una milésima parte en relación con el retorno económico que obtendrán, con alrededor de 3.933 millones de dólares, 106 veces más que lo invertido. La reserva representa como 171 millones de onzas de ese mineral, según un matutino paceño del 18 de enero de 2023.
La misma nota, destaca que el proyecto de la minería Alcira apunta a la creación de 700 empleos directos y al menos 1.500 indirectos para el funcionamiento de la planta, lo que es positivo, ante el masivo desempleo en la actualidad.
Ante este alentador panorama que trae esperanza a Potosí, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y consolidar el ansiado progreso de una ciudad que antes fue la base económica de Bolivia, sólo resta enviar un mensaje a todos sus líderes regionales y autoridades, que es el de devolverle su dignidad como una región con grandes yacimientos y vetas, quien sabe aún a descubrir en sus serranías y montañas a más de 4 mil metros de altura.
No debería pasar lo que ha ocurrido con la pérdida de beneficios económicos de las aguas del Silala hacia Chile, confirmado el 1 de diciembre de 2022 con el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Eso fue un rotundo fracaso para el país, por la mala y deficiente diplomacia y, sobre todo, por la traición a la Patria, sin defender los recursos naturales que son fuente de vida, trabajo y desarrollo para esa parte del país.
Me pregunto si los estantes y habitantes del pueblo potosino, hoy van a seguir en su estado de adormecimiento de siglos, o se van armar de valor para cambiar su realidad y reafirmar su verdadera vocación, basada en una minería sostenible en el tiempo, siempre y cuando sea administrada por gente consciente y, supervisada por un control social ciudadano que responda a intereses regionales y no personales.
No sé si es sólo mi parecer o en las ciudades y sus alrededores hay escasez de verdaderos líderes, con vocación de servicio y patriotismo que se constituyan en agentes de transformación de una realidad que está mermando la paciencia de un pueblo que fue oprimido y hoy está sumergido en un total atraso.
Miguel de Cervantes, en su libro “Quijote de la Mancha”, en 1605 hizo famosa la frase: “Vale un Potosí”, haciendo alusión a algo invaluable, y de verdad Potosí es invaluable y se le debe respetar, señores extranjeros que vienen a mi país a llevarse nuestras riquezas con el visto bueno de autoridades que no obran justamente a favor de los intereses comunes. Nuestros ojos están sobre ustedes, como águilas detrás de sus presas; téngalo muy presente.
La autora es Comunicadora
social.