viernes, septiembre 27, 2024
InicioSeccionesOpinión¡Basta de los “Incas”!

¡Basta de los “Incas”!

Bolivia en estos días se ha visto inundada en las redes sociales por noticias sobre la intención de la pareja de “Incas” de bailar en la entrada del carnaval de Oruro el sábado 18 de febrero de 2023. El presidente de la asociación de conjuntos folklóricos de esta ciudad salió a los medios informando que no podía ser posible, porque no cumplían con los procedimientos que sigue cualquier bailarín para que participe en esta majestuosa fiesta del folklore, que es tradición en estas épocas del año.
Pongo en tela de juicio el tratamiento informativo desequilibrado que se está dando en la cobertura de los hechos de la coyuntura nacional, no sobre la orientación sexual de la pareja mencionada, ya que tienen derecho a ser felices, como cualquier persona persigue en la vida.
Esto que escribo lo hago con un sentimiento humano y pleno de reflexión a los medios de comunicación, por generar una excesiva mediatización de un tema que nada aporta a la sociedad, impulsando diversas reacciones de risas, enojos y me gustan en el Facebook. He leído los comentarios de muchos internautas y muchos están cansados de esta noticia que victimiza a los “Incas” y está perturbando la salud mental de mujeres y hombres de distintas edades.
Los medios de comunicación deberían estar concentrados en noticias que generen bienestar e impacto positivo en el consumo de información de los internautas, informando sobre el acontecer económico, político y social, que de por sí ya nos desalienta en muchos aspectos, por la falta de unidad nacional, en lugar conducir el barco en un solo sentido.
Las coberturas a este tipo de noticias triviales están desatando ciberbullying y homofobia, por las opiniones de la gente que está interpretando los comentarios de acuerdo con sus creencias y estados de ánimo. Estados de ánimo depresivos y de estrés que merecen más empatía.
El portal “Así vamos en salud” refiere que el efecto de la conectividad y de las redes sociales no son sólo negativos, también posibilita una mejor manera la democratización de la información, la cuestión radica en la responsabilidad de cada individuo al evaluar las fuentes y la calidad de información que consulte. Sin embargo, cabe preguntarse ¿a qué estamos expuestos o hemos valorado los riesgos que esto supone?
La prensa, de acuerdo con esas clases que nos dieron en la Universidad cuando éramos estudiantes de Comunicación Social, es ese cuarto poder, que es el eslabón entre sociedad y Estado. Los periodistas tienen el micrófono y las cámaras para dar voz a los sin voz y difundir las demandas genuinas de ciudadanos y de cientos de necesidades de poblaciones vulnerables que están deambulando por las calles, niños y adolescentes en el abandono o que se desviaron por la droga; o aquellos débiles ancianos con mirada perdida, como la señora Martina Anguila de 87 años en la Av. América esq. Túpac Amaru en Cochabamba, que viene desde Tiquipaya a pedir limosna, o la señora Margarita, la de la tiendita en el barrio “El pueblito” de Tupuraya, que le hace falta un capital semilla de 500 dólares para comprar sus mercancías y abarrotes para que tenga más ingresos y sea más feliz. O las cholitas paceñas comerciantes informales que cargan en sus espaldas todos los días su mercadería del centro hasta El Alto, con necesidad de contar con un lugar para dejarla bajo custodio y dejar de arrastrar sus pesadas bolsas.
Ojalá que las instancias colegiadas, las federaciones y los sindicatos de la prensa en el país puedan propiciar espacios de debate sano y necesario para evaluar los contenidos que están haciendo presas fáciles a las personas cuando son útiles sólo para generar tráfico social en sus plataformas digitales. Los medios de comunicación fueron creados para informar, educar y concientizar y no banalizar las noticias.

La autora es comunicadora social y docente de postgrado.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES