Un fenómeno económico de consideración se presenta en países coloniales, como Bolivia, cuando se afirma que cuando menos se exporta se produce más ganancia, algo que a simple vista parece contradictorio. Sin embargo, en alguna forma, debe tener su explicación en los medios de economistas especializados, así como de organismos del Estado, ya que no se entiende por qué cuando es menor la producción se gana más.
Esa contradicción se observa, según datos proporcionados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, con el caso de la exportación de hidrocarburos. En efecto, el año pasado el volumen de la exportación de hidrocarburos cayó en 15 por ciento y los ingresos subieron al 31 por ciento, contradicción que señala que cuando menos producimos y exportamos menos, tenemos más ganancias. Ese detalle se debería a la invasión rusa a Ucrania, que hizo subir los precios internacionales de esos productos.
Un dato numérico que llama la atención es el relacionado con el año 2022. Efectivamente, ese año el valor en dólares de las exportaciones de productos no tradicionales se incrementó en 43 por ciento, mientras el volumen exportado fue solo del 30 por ciento, en comparación con 2021, indicador que confirma que, entre otros, trabajamos menos, pero ganamos más y, por tanto, son preferibles los bonos y las subvenciones al trabajo. No sería, pues, el esfuerzo nacional el que nos da ganancias, sino la providencial subida internacional de precios.
Por otro lado, esa paradoja explica, en alguna forma, cómo en el pasado tiempo de bonanza y de las vacas gordas, el país tenía grandes ingresos, pero no aumentaba la producción, vale decir que el país solo estaba dedicado a la exportación de materias primas, cuyas cotizaciones en esos momentos, registraron los precios más altos que se conoce en la historia de Bolivia.
A las referencias anteriores, se puede añadir que, mientras los productos tradicionales tienen menor exportación y ganan más, la provisión de alimentos para la población se encuentra en descenso desde hace algunos años, pero a diferencia del pasado, ahora importamos crecientes cantidades de toda clase de alimentos, que suben de precio y, a la vez, significan grandes gastos en divisas, cuando, precisamente, se debía aprovechar la oportunidad para aumentar la producción exportable y obtener mayores ganancias para cubrir, por ejemplo, la falta de fondos en las Reservas Internacionales Netas (RIN), que cayeron de 15 mil millones de dólares a un ínfimo nivel en este mes y que no llegan en divisas ni a 400 millones de dólares.
Es pues, necesaria una explicación, tanto oficial como extraoficial, de este problema que consiste en que las exportaciones crecen por el precio internacional, pero bajan en volumen, no se sabe bien por qué causas.
Tan importante asunto que implica en gran medida al Ministerio de Economía, podría ser resuelto por sus funcionarios, de tal forma de encontrar la manera de obtener más divisas para las RIN, en vez de recurrir a soluciones que son difíciles y tardan mucho en llegar.
Bajan exportaciones, suben las ganancias
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