viernes, septiembre 27, 2024
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“Talento policial” en crisis

La Dignificación de la institución y Revalorización del Talento Humano de la Policía Boliviana, es la nueva política institucional vigente, sin embargo, la situación disciplinaria, eficiencia y responsabilidad, está en crisis. La desconfianza que tiene la sociedad hacia la policía boliviana se profundiza y llega a su punto sobresaliente con la detención del capitán Lara, al sobrepasar los mecanismos legales administrativos, encubriendo a policías denunciados por el capitán. Así se van sumando muchos casos que son objeto de discusión por el descuido en sus tareas, por los actos de indisciplina y por la comisión de faltas graves.
Las causas para que ello ocurra son varias, pero resaltan dos, de fundamental gravitación: Primero, que el problema no son los capitanes Lara, Salek, Alberti, etc., se debe, por una parte, al modelo de relación de la policía con la ley y el uso importuno de sus tareas por la mala administración a partir de la jefatura de personal, siguiendo por el Tribunal superior de personal, los tribunales disciplinarios de la fiscalía policial y la dirección general de investigación policial interna, a través de sus respectivas departamentales (DIDIPI), que no cumplen las bases legales, como la ley orgánica y la ley del régimen disciplinario de la policía.
Es así que la policía al tener una organización vertical y como principio rector a la “subordinación”, basta que un jefe sea corrupto, para que su conducta afecte al resto de los “talentos” que tiene a su cargo. Por ello los buenos policías se preguntan: ¿Por qué testificar contra un compañero, si el que comete más delitos está en mejores cargos y nunca es procesado? ¿Por qué cooperar con los mandos, si son ellos quienes socapan a los malos policías? ¿Por qué cooperar con la justicia si los jueces y fiscales no cumplen con la ley? ¿Para qué hacer carrera policial, si el que asciende y goza de buen cargo tiene un padrino político?, situación que los desmoraliza por la falta de un mando policial idóneo, pero sobre todo leal con sus subalternos, y profesional para dirigir la institución.
La segunda causa, responde a la vigencia de un modelo de policía gubernativa, que sirve a los intereses del gobierno de turno, e involucra a los buenos policías en actos al margen de la ley. Esta falencia está más acentuada en los gobiernos autoritarios, cuya política centralista, manipuladora de instituciones y de conciencias, promueve la desinstitucionalización del Estado, mediante la concentración del poder, con controles rígidos sobre los órganos del poder nacional, con una imperceptible participación de la población en la vida política y con los derechos mínimos garantizados.
La política de reforma que implementará el gobierno, expresado por el ministro Eduardo del Castillo, debe orientarse hacia la “dignificación y revalorización del talento humano policial”, mientras tanto, la población seguirá preguntándose ¿son útiles para luchar contra la delincuencia y la criminalidad?

El autor es Cnl. (Res), Abogado constitucionalista.

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