Fortaleza de Derechos Humanos es la fuerza institucional del país

La conformación legal de una nación tiene como base o sustento la institucionalidad que rige su vida. Nuestro país, fue fundado en el año l825 bajo la premisa de que nada podría crearse sin bases morales, sin la fuerza que permite la vigencia de las leyes.
Lo contrario a esos principios implica la vigencia del derecho de la fuerza, que poseen los que detentan poderes para mandar, dominar e imponer reglas en vez de normas que son conjunto de las leyes. El imperio de la fuerza implica que no rigen ni la Constitución Política del Estado ni las leyes, que son manejadas bajo imperativo de quienes buscan imponerse y utilizar los sistemas legales sólo para mostrar apariencias de legalidad en lo interno y ser medio, en lo internacional, para un reconocimiento por parte de países e instituciones.
La regla común para un régimen basado en la Constitución y las leyes es que muestre un fiel, leal, honrado y honesto acatamiento de la Ley de Leyes y del régimen legal ya establecido; no usar jamás la fuerza tan sólo por estar en ejercicio del poder; no cambiar la legalidad imperante; cumplir con el país, con todas las disposiciones legales como ejemplo para la colectividad; no manipular ninguna ley de acuerdo con conveniencias personales, o de grupos partidarios, de quienes tengan ambiciones para apoderarse de los mandos de la nación; no utilizar ningún medio o forma de dominio para imponer arbitrariedades de quienes decidan mantenerse en el gobierno; no utilizar dinero o bienes del Estado en provecho personal, de organizaciones políticas o de cualquier índole; tener en cuenta y cumplir fielmente con el sistema legal establecido.
Lo contrario significa que los autores con los beneficios obtenidos con su acción ilegal, lo que hacen es dictar sentencia contra sí mismos, porque el delito siempre es contrario a quien lo comete.