Proyectos para fomentar el turismo en Bolivia

Es muy difícil encontrar en el país proyectos que hayan sido más publicitados que los referidos a estimular el turismo y señalar lugares aptos para esta actividad que es tan beneficiosa. Frecuentemente se recurre a mencionar el tema del fomento al turismo para que la opinión pública, desesperada por la pobreza que se agrava, piense en que es una posibilidad para lograr prosperidad.
Con planes en ese sentido atraeríamos viajeros con dinero para que inviertan en territorio nacional, con montos aproximados a los que recaudan países que son parte de las cadenas de agencias de turismo. En verdad, éstas facilitan la llegada de gran cantidad de visitantes, muchos de los cuales gastan sus ahorros en las naciones vecinas, mientras que a Bolivia generalmente llegan quienes, mochila al hombro, ofrecen sus baratijas al público que les da la bienvenida.
Ante esta situación es usual preguntar de qué vale la publicidad para estimular la actividad turística, si no se dan los pasos necesarios para comenzar a realizar proyectos. No se ve pruebas en esa dirección. Y en este tiempo en el que los vecinos tienen proyectos en marcha, nosotros quedamos lejos de ellos, porque no solo por las frecuentes marchas, huelgas y bloqueos pierden interés los potenciales visitantes, sino que no se ve muestras de avance en lugares anunciados como centros turísticos, que son mencionados como atractivos a niveles interno y externo.
Por ello, pocos se animan a llegar a nuestro territorio, en comparación con la cantidad que reciben los vecinos y generalmente mediante programas centrales. Esto sucede, por ejemplo, con el Perú, a donde llegan visitantes para conocer, por ejemplo, Machu Picchu, aunque algunos expertos afirman que Tiwanaku sería mucho más atrayente si fuera motivo de un proyecto, que podría ser el primero de los impulsos para atraer a turistas de todo el mundo. Si, como se observa, los proyectos para apoyar a la considerada “industria sin chimeneas”. quedan solo en propaganda, no podremos contar con fuentes de ingresos que tanto necesita nuestro país.
Es lamentable que no se impulse proyectos para fomentar turismo hacia lugares atractivos del territorio nacional. En ese sentido, recordemos que visitantes nacionales y foráneos gustaban de llegar, por ejemplo, a provincias yungueñas, donde se podía encontrar hermosos paisajes y producción frutícola. Hoy la situación ha cambiado y por temor muchos no se animan a sortear los bloqueos de caminos que en cualquier momento pueden aparecer por demandas de grupos sociales.
Ante el perjuicio que sufren los pobladores de regiones turísticas, esperamos que vuelva la sensatez y prevalezca el trabajo, particularmente para ensanchar y asfaltar caminos, algunos de los cuales permanecen hasta la fecha sin mantenimiento o postergados de manera indefinida.