sábado, septiembre 28, 2024
InicioSeccionesOpiniónEn la encrucijada

En la encrucijada

El destino nacional fue irresponsablemente manejado, desde la fundación de la República, por elementos sin conciencia de Patria. Entre ellos, muchos descalificados. La memoria histórica ratifica, con mayores detalles, este aserto periodístico. Intervinieron grupos oportunistas y aleccionados políticamente. Ajenos, por supuesto, a los supremos intereses del país. Movidos solo por afanes mezquinos. En la mayoría de los casos obedecieron consignas partidarias o de supuestos “salvadores”. Con algunas excepciones dignas de ponderación. Posiblemente ocurre ahora lo propio. Ojalá estuviéramos equivocados. Creemos que no.
Los caudillos, tanto militares como civiles, compitieron en la arena de las lides políticas, con la finalidad de apoderarse de la administración pública, para manipularla a su gusto y sabor, en consonancia con sus oscuros propósitos. El objetivo siempre ha sido saciar, más que todo, apetitos personales, succionando las empobrecidas arcas del Estado. Y distribuir cargos entre sus afines. Por ello no hemos avanzado, en comparación con otros países de la región. Nos hemos empantanado, en la exportación de nuestras materias primas, como el gas natural, que se van agotando. Solo la minería fortifica nuestra economía.
En síntesis: todo cambio de gobierno, en dictadura o democracia, significó la rotación de gente, identificada con un color político, que ganó, mediante las armas o en las urnas electorales, e imponía sus designios políticos en las reparticiones públicas. Por lo demás todo siguió su curso. Ahí tenemos, en nuestras narices, el problema económico, que pretende desestabilizar, hoy como ayer, la situación política. Pero algunos discursos son como cortinas distraccionistas, para confundir a la opinión pública.
Nuestros problemas económicos tienen larga data. Provienen, quizá, desde los albores de la Republica. Con breves intervalos de bonanza económica, que no fueron aprovechados, debidamente, por los gobiernos de turno, que priorizaron el tema político, con el afán de prorrogarse en el Poder. En dictadura y en democracia, hoy como ayer.
De aquella falencia económica se aprovecharon algunos vecinos, en el pasado mediato, para asestarnos duros golpes. Ahí tenemos, por citar dos ejemplos, el enfrentamiento armado con Chile y Paraguay. En ambos casos sufrimos desmembraciones territoriales. Asimismo, perdimos recursos naturales, renovables y no renovables. La guerra del Pacífico, en ese marco, nos costó tres millones y medio de bolivianos (1) y la Guerra del Chaco, aproximadamente, cuatrocientos millones de dólares (2). Con esa inversión pudimos hacer algo bueno para el país. Pero fue dinero echado al tacho, con pérdidas enormes en lo material.
En suma: son lecciones de la historia que nos llaman a la reflexión profunda.

NOTAS
(1) “Estudios Económicos – Facultad de Economía y Finanzas”, Año III, No. 3, abril de 1949. Universidad Autónoma “Tomás Frías”, Potosí, Bolivia. Pág. 140.
(2) “Revista de Estudios Internacionales”, de la Academia Boliviana de Estudios Internacionales, número 1, marzo – junio 1985. Talleres – Escuela Don Bosco, La Paz – Bolivia, página 24.

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES