lunes, septiembre 2, 2024
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Mantenimiento de unidades educativas

En la vida ordinaria existe preocupación por el mal estado en que se encuentran algunas edificaciones que ocupan escuelas y colegios. Cuando se pide explicación al respecto, la respuesta es que no hay dinero para hacer reparaciones o mejoras. Sin embargo, la verdad es que hay rechazo a utilizar recursos económicos de la banca estatal, al igual que de la banca comercial, por el temor a pagar altos intereses y, en ciertos casos, comisiones y otras obligaciones que imponen los dueños del dinero.
Por otra parte, los gobiernos evitan gastar en reparaciones o en nuevas construcciones por el miedo a “dejar obras a medio construir”, una vez hechos los cambios de autoridades. Son falsos temores porque habiendo contratos refrendados por la Contraloría, Impuestos Internos y garantes de la banca, no habría motivos para la desconfianza.
Por otra parte, el capital privado podría construir bajo la premisa de contratos bien elaborados y debidamente refrendados, en cada caso contando con las garantías precisas y la firma de compromisos para que esos edificios sean debidamente mantenidos y utilizados. Mediante contratos, se podría hacer reparar edificios, con la reposición de puertas y ventanas, que es urgente hacer en varios locales escolares, particularmente de zonas alejadas del centro urbano. Así también sería posible la refacción y pintado de escuelas y colegios, limpieza y otras obras, mediante los contratos que permitan garantizar dichas labores tan necesarias para niños y jóvenes estudiantes.
El estado en que se encuentran varios edificios que ocupan escuelas y colegios es muestra más que suficiente para que el gobierno sea el garante solidario y mancomunado de lo que se debe hacer y, especialmente, para la formulación de contratos que resulten ser “compromisos de Estado” o una especie de convenios, que se concreten en los términos acordados.
Lo que haga cualquier gobierno de turno, tendría que ser en bien del país; de otro modo, se corre el riesgo de acumular obras para nunca concluirlas, o que sean engañados trabajadores en esas dependencias por falta de pago, y se incumpla contratos con organizaciones internacionales que hubieran prestado dinero, proporcionado los técnicos necesarios y entregado planos y proyectos para obras a ser realizadas. Lo que haga un gobierno determinado tiene que ser muestra de responsabilidad y honestidad, lo demás es solo demagogia, populismo y engaño a la colectividad.
Ahora que se habla de “actualización de la malla curricular”, de hacer énfasis en materias como robótica, episodios históricos, ajedrez, etc., es indispensable que primero los niños y jóvenes ingresen a escuelas y colegios en óptimas condiciones. Que, en varios casos, las reparaciones y mejoras de unidades educativas no dependan de aportes extraordinarios de padres de familia.

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