domingo, julio 28, 2024
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El ajedrez como estrategia metodológica para desarrollar habilidades y capacidades

María Elizabeth Mostacedo Herbas

 

La aplicación del ajedrez, como metodología para fortalecer el desarrollo intelectual en los estudiantes de Educación Primaria, es un tema que no ha sido suficientemente tratado por la ciencia desde la perspectiva pedagógica. En esta nota son analizadas las particularidades del desarrollo intelectual de los niños, haciendo referencia al ajedrez y su pertinencia pedagógica…

La preparación del hombre para la vida constituye una prioridad que debe ser atendida desde la primera infancia, período de notable transformación y de gran vulnerabilidad. En este sentido, resultan muy valiosas las interacciones que se establecen entre la familia, la institución y la sociedad; así como el conocimiento de las vías, los métodos y las herramientas disponibles para actuar sobre ellas en función de elevar la calidad de la educación, con el fin de lograr el máximo desarrollo integral de cada niño, objetivo de la educación.

El ajedrez puede contribuir al desarrollo integral, para lograr este propósito, es preciso proporcionar las herramientas necesarias a los agentes educativos que dirigen el proceso, entiéndase como las maestras y los maestros. Se requiere implementar acciones de preparación a la familia para que ésta, al tiempo que crece culturalmente, adquiera los procedimientos adecuados para desarrollar con éxito, durante el proceso docente-educativo, la aproximación de las/os estudiantes al ajedrez. Por tanto, resulta de vital importancia fundamentar, desde la teoría pedagógica, la posibilidad de que el niño de edad escolar se apropie de los contenidos del ajedrez considerando las particularidades de su edad.

El análisis de los contenidos del Programa de Educación Primaria, tanto institucional como no institucional, así como el reconocimiento de las peculiaridades del desarrollo cognitivo-afectivo del niño y la gran significación del juego, por las posibilidades que brinda para que se puedan expresar con libertad, revelar de forma inconsciente las situaciones a que están expuestos, desarrollar su autonomía, crear su identidad y fortalecer la convivencia con sus coetáneos; permiten afirmar que el ajedrez puede iniciarse desde las primeras edades, como una actividad lúdica capaz de propiciar el cumplimiento del fin de este subsistema educacional y, con ello, contribuir al desarrollo intelectual.

El hombre, con sus conocimientos y experiencias, es el principal impulsor de la sociedad y la fuerza motriz fundamental del progreso científico-técnico, es el recurso más valioso de la naturaleza. El desarrollo del ser humano es un proceso consciente e integral, que se expresa en lo biológico, psicológico y social; un proceso dialéctico que implica el movimiento de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior y en espiral, donde lo nuevo contiene a lo viejo, pero, al mismo tiempo, lo supera.

Al tratar el desarrollo psíquico general, Vigotski lo entiende como: «…un proceso dialéctico, complejo, que se caracteriza por su periodicidad múltiple, por una desproporción en el desarrollo de diversas funciones, por las transformaciones cualitativas de unas en otras, por el entrecruzamiento de evolución e involución por la relación entre procesos externos e internos, y por el intrincado proceso de superación de dificultades y de la adaptación»…

El desarrollo del niño, según Petroski, es complejo y multilateral; por tanto, las condiciones pedagógicas que aseguran los diferentes aspectos del desarrollo psicológico son sustancialmente distintas. El contenido de la enseñanza determina el tipo general y la estructura del desarrollo intelectual del niño. Todas las manifestaciones de conducta, las propiedades y las capacidades psíquicas propias del hombre, son adquiridas por el niño solo gracias a que, en la primera infancia, le enseñan a andar, a actuar con los objetos, a ver, observar, escuchar, conocer, recordar, entre otras. Es decir, que solo mediante la actividad y la comunicación que se produce en un ambiente social es posible alcanzar logros importantes en el desarrollo psíquico del niño.

Al tratar el desarrollo intelectual en la edad escolar es preciso, tomar como base las afirmaciones anteriores y las investigaciones realizadas por Venguer, para quien una tarea muy importante en la educación del niño de edad preescolar es la formación de sus capacidades para el dominio de los diferentes tipos de actividad y para su cumplimiento exitoso; considerar que «…la formación de las capacidades cognoscitivas tiene lugar mediante la asimilación, por parte del niño de los patrones sensoriales, es decir, de las cualidades sensoriales de los objetos, que la humanidad distingue durante el proceso de desarrollo histórico y que sirven de modelos durante la percepción de las propiedades concretas de los objetos y mediante el dominio de los procedimientos de comparación de las propiedades de los objetos”.

La naturaleza psicológica de las capacidades cognoscitivas fundamentales consiste en que la capacidad no es otra cosa que: un elevado nivel de dominio de la aplicación de los patrones sensoriales en las acciones perceptivas y de dominio de la organización, y de la utilización de las representaciones modelos en las acciones intelectuales. En resumen, las acciones de comparación de las propiedades de los objetos con los modelos patrones y las acciones de organización y aplicación de los modelos, deben ser estructuradas inicialmente en los niños en forma externa para que en un futuro se conviertan en patrimonio del mundo interno del niño.

El ajedrez resulta una actividad favorecedora del desarrollo intelectual, que puede ser utilizada en esa trascendental batalla que consiste en la educación de las nuevas generaciones, pues por medio de él se produce un acercamiento significativo hacia diferentes dominios del conocimiento. Su práctica constituye un juego de constante búsqueda de variantes en situaciones de incertidumbre, un proceso intelectual que transita y persigue equilibrar los senderos de la razón, la emoción y la proyección estética de la persona que practica el ajedrez.

El ajedrez puede contribuir al desarrollo integral del ser humano desde la primera infancia, pues es una actividad atractiva, donde se relacionan figuras de diverso carácter, cada una con funciones determinadas, que los niños representan mediante el juego de roles y la dramatización…

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