domingo, julio 28, 2024
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El estrés en los estudios

Justamente hace poco conversamos acerca del estrés en el trabajo, luego, estudiantes nos han solicitado que hablemos sobre si los estudios pueden generar estrés, pensamos que sí. ¿El argumento? Es el siguiente. Recordemos que el estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes, a partir de circunstancias esencialmente externas a la persona. En el caso de que el estrés se prolongue o intensifique en el tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño en el campo académico o profesional, e incluso nuestras relaciones personales o de pareja se pueden ver afectados.

¿Cuáles son las señales más frecuentes del estrés asociadas al estudio? Ansiedad, irritabilidad, miedo, fluctuación del ánimo, confusión, reacciones impulsivas, trato brusco a los demás, perturbaciones del sueño, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, olvidos, temor al fracaso, mayor predisposición a accidentes, entre otros. En muchos casos hay quienes se refugian en aumento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, lo que, por supuesto, no es correcto.

Con frecuencia el estudiante suele estresarse cuando llega la hora de que le midan “las costillas”, es decir, que lo evalúen. Un estudiante de cuyos resultados académicos puede depender la beca, la posibilidad de conseguir un trabajo, unas meritorias vacaciones. Y ante la no preparación adecuada para su evaluación, en espera del resultado de la nota misma, ello podría tener un efecto amplificador o multiplicador en su nivel de estrés, convirtiéndolo en ansiedad.

Durante los años de universidad, las principales circunstancias que contribuyen al estrés suelen estar relacionadas con el viajar, ya que antes el instituto era próximo al hogar, ante el nuevo entorno habrá que trasladarse posiblemente fuera del departamento, alquilar, el estudiante hacerse cargo de su propia economía, compartir habitación con algún que otro estudiante o personas poco conocidas, y las nuevas responsabilidades académicas. En muchas ocasiones, en este sentido cambian bruscamente las reglas del juego en relación con la enseñanza media, donde el estudiante está relativamente más controlado. A lo anterior hay que sumar a veces los eventos positivos, como enamorarse o preparar un viaje de estudios que, aunque agradables, también agregan cierta tensión. Ante estas situaciones es cuando más cuesta distenderse o tomar distancia de ellos.

Luego, ¿cómo reducir en este caso los problemas de estrés en la vida estudiantil? En los casos en que la situación que genera estrés es inevitable, como un examen, el desafío consiste en hacer frente a la situación de la manera más saludable posible, lo cual incluye no seguir haciendo aquello que sabemos, por el pasado, que no ha dado resultado. Por ejemplo: realizar actividades que le permitan renovarse física y psicológicamente; hacer ejercicios: caminar, nadar, o incluso limpiar el cuarto; mantener una dieta saludable. Evita la automedicación y el abuso de cafeína, alcohol y comidas. Identificar las actividades que son menos prioritarias y evitarlas. Priorizar y estructurar las actividades; mantener expectativas realistas. Anticipar las situaciones estresantes y prepararse, por ejemplo, imaginando la situación (el examen) y practicar respuestas y reacciones para estar preparado. Recuerda que la mejor manera de prevenir y hacer frente al estrés es reconocer cuándo aumentan nuestros niveles de tensión y ante qué estímulos o situaciones.

 

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.

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