martes, julio 30, 2024
InicioSeccionesOpiniónSe agota el tiempo para el clima

Se agota el tiempo para el clima

María José Atiénzar

La combinación de cambio climático regional y los efectos de la deforestación, entre otros factores, podrían convertir los bosques amazónicos en praderas y hacer desaparecer glaciares y hielos polares. Las consecuencias de los cambios sobre la biodiversidad, las poblaciones indígenas y el desarrollo económico serían enormes.
La necesidad de un cambio en el mercado energético a favor de energías renovables es urgente, no sólo porque las reservas de combustibles fósiles se agotarán, sino para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, causantes del efecto invernadero y de la aceleración del cambio climático. Sabemos que las reservas de energía almacenada bajo tierra son finitas y su agotamiento producirá una gran crisis energética. Se calcula que un 80% de la energía primaria consumida en el mundo tiene su origen en los combustibles fósiles y un 6,5% en los combustibles nucleares. Al ritmo de consumo actual, en el planeta queda petróleo para unas cuantas décadas.
Las energías alternativas, como la eólica, la solar, de las mareas, biomasa, etc. poseen menor intensidad energética que los combustibles fósiles y resultan más caras de producir. Separar un átomo de hidrógeno, por ejemplo, de una molécula de agua, exige más energía que la que proporciona el hidrógeno liberado de esta forma. La energía nuclear de fisión tiene un coste muy alto, no sólo porque se basa en un combustible escaso, el uranio, sino porque sus residuos alcanzan una vida media radioactiva de varios miles de años. La energía de fusión aún está lejos de poder disponer de un reactor comercial. Para fusionar átomos de deuterio o de tritio y deuterio se precisa temperaturas de millones de grados y estos sistemas se encuentran con problemas difíciles de resolver.
Otro de los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos está relacionado con el crecimiento demográfico. En los próximos 25 años, casi todo el crecimiento tendrá lugar en las ciudades, en su mayor parte en los países menos desarrollados. Para 2030, más del 60% de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Actualmente, uno de cada tres habitantes de las zonas urbanas vive en barrios marginales y son muy pocos los pueblos y ciudades de todo el mundo en los que se protege y respeta el medioambiente y se planifica un crecimiento sostenible. Un proceso de urbanización tan rápido plantea importantes problemas, como la pobreza, el desempleo y la violencia.
Las ciudades consumen muchos recursos naturales, generan grandes cantidades de desechos y emiten la mayoría de los gases de efecto invernadero. Con frecuencia degradan la calidad del agua local, contaminan el medio ambiente marino y el aire, y ocupan terrenos, devastando la diversidad biológica. Crear ciudades respetuosas con el medio ambiente es posible, tenemos los conocimientos y tecnologías necesarios. Los sistemas de transporte limpio, los edificios eficientes desde el punto de vista energético, el saneamiento seguro y el uso adecuado del agua se pueden realizar hoy mismo, y en general, de forma asequible para todos.
Las decisiones que los gobiernos, la industria y la sociedad civil tomen en las próximas décadas son cruciales. Para mantenernos por debajo de un aumento de temperatura media global de 2ºC necesitamos reducir las emisiones en un 50% para el 2050. Una meta posible de alcanzar.
Junto al cumplimiento de los compromisos globales adquiridos por los gobiernos, el consumo responsable de la energía y el respeto a nuestro entorno verde son la responsabilidad y la aportación de cada uno de los habitantes del planeta.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES