lunes, septiembre 2, 2024
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España: trabajar sólo cuatro días

Bajo el título “Las soluciones mágicas de la izquierda: reducir la jornada laboral a cuatro días semanales”, el columnista Marcelo Duclos, en Panam Post, dio a conocer lo que quiere la “izquierda” española y dice: “el español Íñigo Errejón quiere reducir la cantidad de días de trabajo por ley para que la gente sea más libre”. De campaña en Madrid el desprendimiento del proyecto “podemita” de Pablo Iglesias, lanzó su propuesta que en teoría suena atractiva para cualquier trabajador despistado: que la jornada laboral en vez de tener seis, cinco y medio, o cinco días, pase a tener directamente cuatro. Para el populista europeo, de esta manera, los humildes que deben trabajar más para ganar el sustento, ganarán libertad, al tener más tiempo libre como el que poseen “los ricos”. Ha costado. Hubo que pelearlo. No siempre hemos encontrado toda la colaboración que nos hubiera gustado. Pero nosotros hoy aquí estamos profundamente orgullosos y orgullosas de decir que nos ocupamos de la vida. Que nadie es libre si no tiene tiempo. Que nadie es libre si va de casa al trabajo y del trabajo a casa. Que nadie es libre si no tiene tiempo para hacer lo que les gusta, dijo tras la presentación del anteproyecto a la actual coalición de gobierno de izquierda.
En criterio de Duclos, “claro que más tiempo libre significa más libertad, ya sea para lo que cada persona decida emplearlo. Sin embargo, la solución facilista del dirigente socialista no solo será inútil, sino también contraproducente. Es que, lamentablemente, la economía tiene sus leyes y no todo se resuelve de la noche a la mañana y por arte de magia como la izquierda española desea. No hace mucho, el referente de la izquierda dura propuso un ingreso universal, para que también como por arte de magia, desaparezca la pobreza en España. Es que, como buen marxista, ve todo en términos estáticos, por lo que no se le ocurre otra cosa que la justa repartija de la torta para el beneficio de todos. Lo que no percibe es que con sus iniciativas, inevitablemente se achicará el pastel que quiere repartir. Cuando todos tengan su porción, la misma será de menos valor que lo que tienen ahora”.
“Antes que nada, cabe destacar que un mundo donde las personas trabajen menos (en tiempo y esfuerzo) es más que posible. La cuestión es que a ese camino, que hoy parece utópico, se llega yendo en la dirección opuesta a la que proponen los candidatos del socialismo internacional. Si miramos atrás en la historia, las “condiciones laborales” eran un tanto más problemáticas que en la actualidad. La cooperación social, con el correr de los siglos, demostró que el intercambio llevaba al mutuo beneficio. Así se redujo la violencia, apareció el trueque y la vida se volvió un poquito más civilizada. El mercado, también por generación espontánea introdujo el dinero y ya ni siquiera hizo falta solucionar el inconveniente de la mutua necesidad del intercambio para hacerse de algo. Esa senda de la civilización, cuando los gobernantes garantizaron la propiedad privada que los socialistas detestan, terminó en la revolución industrial. Ese duro proceso en inicio que tanto indignó a un Marx que lo veía por la ventana, generó que las condiciones laborales sean las mejores que en toda la historia de la humanidad”, enfatiza.
Añade “las diferencias entre un agricultor de la India, que trabaja de sol a sol con una pala en condiciones insalubres, en comparación a su colega alemán, que cuenta con un tractor con aire acondicionado y música, no es más que la diferencia de capital acumulado entre una economía y otra. No pasa por la generosidad de los empresarios ni por el “compromiso social” de los políticos de cada país. Con el crecimiento de las tasas de capitalización, aumenta la tecnología, los salarios, y se reduce el peso en la espalda de los trabajadores. Si lo que se denomina “capitalismo” hizo que tengamos las comodidades con las que contamos hoy, es inimaginable lo promisorio que puede ser el futuro si dejamos actuar al mercado en paz”. “Si España y el mundo comprenden que no hay soluciones mágicas, como aumentar por decreto los salarios o reducir la jornada laboral a cuatro días, el futuro que nos espera será de más libertad que la que sueña hoy Errejón”.
¿Reducir días de trabajo a cuatro por semana y aumentar salarios por decreto, solución para que los trabajadores tengan una mejor y más digna vida? Usted, por supuesto, tiene la última palabra.

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