El anhelo de justicia y libertad siempre ha estado vigente en el pensamiento de todos los habitantes de este mundo. Gracias a las enseñanzas de la Historia Universal, conocemos esos elevados sentimientos que hasta ahora, después de milenios, aún no se concretan en su plenitud.
Innumerables páginas han sido escritas por historiadores, filósofos, literatos, religiosos y otros conductores de hombres en la búsqueda de una sociedad justa, y muchos de ellos han ofrendado hasta sus vidas en este noble intento.
Después de épocas desconocidas de la Protohistoria y cuando ya los seres humanos pudieron comunicarse por medio de la palabra y los documentos escritos, son conocidos acontecimientos que nos revelan heroicas sublevaciones, con el resultado de muertos inclusive, en la búsqueda de justicia.
La milenaria Biblia, por ejemplo, narra el martirio y sacrificio del Cristo, martirizado y muerto en el Gólgota.
Y como consecuencia de esos hechos, todas las creencias religiosas del pasado y del presente, prometen a sus fieles seguidores que llegará un día en el que nadie sufrirá por causa de la injusticia.
En el transcurso del tiempo, la historia da a conocer también otras aspiraciones utópicas de muchos hombres como Tomás Moro, San Agustín y Tomás Campanela.
Los años y los siglos transcurrieron inexorablemente y la historia de la humanidad sigue destacando hechos ejemplarizadores, heroicos y hasta luctuosos en la búsqueda de un mundo mejor.
EN BOLIVIA
Los hermanos Nicolás, Dámaso y Tomás Katari; Julián Apaza; Bartolina Sisa; Alonso de Ibáñez (Yánez); Pedro Domingo Murillo; Gregorio, Manuel Victorio y José Miguel García Lanza; Juana Azurduy; Manuel Ascencio Padilla; Ignacio Warnes; Manuela Gandarillas y las mujeres de la Coronilla; Ildefonso de las Muñecas; Ignacio Muiba; José Vicente Camargo; Alejo Calatayud y tantos otros dejaron constancia de su idealismo con su muerte heroica.
HOY
Así hemos llegado hasta nuestros días y desde hace varios años, la administración de justicia recibe durísimas críticas por muchos actos alejados de imparcialidad y denunciados públicamente en el desarrollo de varios procesos. Y sirva el largo prolegómeno para aportar algunas ideas al tema.
SUGERENCIA
Existe una larga discusión sobre los requisitos que deben cumplir los aspirantes a ocupar cargos en el Poder Judicial, entre ellos el referido a la meritocracia y la no militancia partidaria, entre otros.
Desde esta columna periodística permítasenos sugerir una idea no considerada durante varias gestiones de gobierno.
Si bien el tema es bastante delicado y hasta acaloradamente discutible, para la actual o próximas elecciones de candidatos para el Poder Judicial, habría que investigar antecedentes personales y profesionales; y por qué no (aquí la clave), el origen familiar de los aspirantes.
La experiencia de muchos años nos ha demostrado que absolutamente todo profesional proveniente de familias sin mancha en el desarrollo de sus actividades en la administración pública, resulta ser un funcionario con mayores posibilidades de rectitud, probidad y credibilidad en su trabajo (aunque esta no es la regla, pero algo es algo). Si se verifica lo contrario, los resultados no serán de los mejores y todo seguirá igual o peor que antes.
OTROSÍ
“Consejo aunque sea de un conejo”, decía mi abuelo Fermín.
El autor es dibujante, escritor y periodista.