miércoles, julio 17, 2024
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Que vivan los trabajadores, no sus sindicatos ni la COB

José Jorge Antonio Téllez Sasamoto

Pronto celebrarán su día los trabajadores del mundo, recordando a los mártires de Chicago. Aquí en Bolivia, también el 1 de Mayo festejarán los trabajadores, encabezados por la Central Obrera Boliviana (COB) y el señor Huarachi, impresentable ex minero que no trabaja desde hace 14 años, como los sindicateros de YPFB, responsables de haber destruido la dignidad de los trabajadores bolivianos. Actúan como vasallos del MAS y cómplices, por acción y/u omisión, de la destrucción de empleos y la corrupción institucionalizada.
No creo que la COB (con YPFB) sea la única y principal responsable de su descrédito y corrupción, sino que entre sus falencias más notables está que sus dirigentes traicionan a su clase y se comportan como “felipillos” eternos, que para beneficiarse venden y vendieron, al gobierno de turno, no solamente la dignidad y el trabajo de sus sindicalizados, sino también la sobrevivencia de las empresas que están esquilmando. Y causan la desestabilización social y económica de nuestro país, para beneficio político del masismo. El fin de sus corruptas carreras sindicales y el término de la impunidad, es un imperativo para un nuevo gobierno nacional y democrático.
En nuestro país todos los que podemos trabajar (somos los menos), especialmente en las instituciones públicas, donde se cobijan las prebendas políticas y el acomodo político del gobierno de turno, pedimos una organización apartidista que vigile y defienda los derechos de los trabajadores, cualquiera sea su rubro, organización o especialidad, y cualquiera sea el nivel salarial.
Eso significa que los profesionales también tenemos ese derecho, que es siempre omitido y coartado por los respectivos sindicatos, cuyos dirigentes pontifican que son personal de confianza de los ejecutivos o empresarios. Obreros, empleados y profesionales necesitan ese cambio y la explicación para no hacerlo es, por lo menos, contradictoria e injusta.
Este 1 de Mayo encuentra a los trabajadores y al pueblo boliviano, en la puertas de una crisis generalizada, de incontrolables e imprevisibles consecuencias, que especialmente golpeará con fuerza el “buen vivir” de los más desposeídos. Es mentiroso el desarrollo alcanzado por el desgobierno masista, con el saqueo de las escasas reservas de gas y petróleo (cuyos propietarios somos todos los bolivianos) y el despilfarro corrupto de la renta generada por las exportaciones del gas, cuya producción y los ingresos por la venta, mayoritariamente provienen de las empresas trasnacionales, titulares de los contratos de servicio.
Seguramente nada se nacionalizará ese día, pero ya se adelantaron con la famosa Gestora, apremiados por la escasez de divisas y la desaparición del gas y la renta petrolera. A pesar del despilfarro del masismo evista, se llegó a acumular hasta 2014 un impresionante monto para Bolivia, ayudando a disfrazar una situación socio económica cercana al desastre, del desgobierno del doble septenio.
No podrán torcer la verdad histórica de lo que fue la “nacionalización”, una vulgar negociación financiera, amparados por la legalización de 44 contratos ilegales e inconstitucionales de Goni Sánchez, que causó gran beneplácito a las transnacionales. Fue realizada por individuos carentes no solo de capacidad profesional y honestidad, sino de respeto a la Guerra del Gas y al pueblo de Bolivia.
Están de bajada en la rodada, estrellados en la “nacionalización”.
No pretendan ni el olvido ni el perdón.

El autor es Ingeniero Geólogo Petrolero.

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