domingo, septiembre 29, 2024
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Día de la Libertad de Expresión y del periodista

El 3 de mayo se ha establecido como el día de la “Libertad de Expresión” en el mundo, consagrado como una fecha para exaltar este derecho tan vulnerado, en especial en los países de regímenes autoritarios, que pretenden uniformar la opinión ciudadana y acallar las voces en defensa de las libertades democráticas, y el día 10 del periodista boliviano.
En estos tiempos hay una creciente preocupación por las formas de restricción a la libertad de expresar ideas y planteamientos, pues el individuo, por ser un animal pensante, tiene la facultad de elucubrar ideas propias, expresarlas y comunicarlas, que responden a la diversidad de pensamientos que se dan en los individuos, en especial en asuntos que tienen que ver con el interés público.
El derecho a la libre expresión, está ligada a otros derechos, como los de información, de prensa y en general de todos los derechos que hacen al ser humano un ser social, es decir que vive en sociedad. Cuando expresamos algo, estamos informando, poniendo en conocimiento de los demás lo que pensamos, es decir, comunicándonos, pues, ¿de qué valdría socialmente un pensamiento guardado en la mente si no es expresado?
Si bien en nuestro continente latinoamericano se han dado importantes avances en esta materia, en especial en normas constitucionales y otras menores, a la vez, se dan diversas formas para cercenar estos derechos, como persecuciones, discriminación en distribución de publicidad institucional, judicialización por el ejercicio de informar y expresar ideas, hasta el asesinato de periodistas y comunicadores por ejercer estos derechos. Decenas de periodistas y comunicadores pierden la vida anualmente por afectar intereses de corporaciones delincuenciales, de poder político y económico y en general de la corrupción.
El mundo contemporáneo está dividido entre sociedades gobernadas por regímenes democráticos y otras gobernadas por regímenes dictatoriales que han liquidado los derechos y libertades más elementales, comenzando por el derecho a la libertad de expresión e información, con el argumento de buscar la paz social e imponiendo la paz del silencio de los muertos, pues los seres vivos, siempre expresamos los que sentimos y creemos.
Son varias las normas internacionales que proclaman el derecho a la libertad de expresión y información, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art.19), la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Art.4), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art.19 II), la Convención Americana de Derechos Humanos (Art. 13.I), l Sociedad Interamericana de Prensa (Art.1).
Nuestro país no está exento de críticas a ciertas restricciones gubernamentales a los derechos de expresión, información y comunicación, pese a que la Constitución Política del Estado, garantiza estos derechos (Art. 106 I, II), el Código de Ética de la Asociación Nacional de la Prensa, el Estatuto Autonómico de Santa Cruz, etc. Son muchos los casos de agresión a la prensa, como en las “Londras”, donde gente armada secuestró y torturó a periodistas, y las violentas agresiones policiales y de grupos de choque oficialistas, sin que los autores identificados, hayan sido sancionados.
El sistema de gobierno y de vida (como sostenemos nosotros), tiene entre sus principios la libertad de pensamiento, expresión e información, libre de temor o coacción a decir lo que se piensa e informarla, en especial para hacer conocer los excesos del poder político, denunciar los actos de injusticia y proclamar los cambios necesarios para mejorar la vida de los individuos en sociedad, pese a las restricciones y amenazas al ejercicio de estos derechos, que pretenden acallar el pensamiento y expresión de los individuos.
El ejercicio del derecho de expresión e información, tiene por supuesto sus limitaciones éticas, para evitar el agravio o daño al honor y dignidad de otros individuos, para ello se tiene normas y códigos respectivos, que prescriben conductas éticas a los comunicadores, pero, a su vez, garantizan su ejercicio, como la vigente Ley de Imprenta.
La lucha por preservar el derecho a la libertad de pensamiento, expresión y comunicación, corresponde a todos los individuos de una sociedad, pues su cercenamiento importa un grave atentado al ser humano como tal, pues hace a su naturaleza. Se debe proteger por todo medio legal, ético o de costumbre el ejercicio de este derecho, guardando las previsiones éticas.

El autor es abogado, politólogo, escritor y docente de educación superior.

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