Mucho ofrecido, poco cumplido

Como en todo régimen, el gobierno –sea para gobernar con relativa tranquilidad y seguridad– promete y ofrece “cielo y tierra” y la realidad será que “hará lo posible” y nada más. Y sólo hay que atenerse a lo que en el día a día vive el país; pero éste, siempre ingenuo y creído, da pábulo a su esperanza que nunca se cumple.
Retornar pronto al campo, proveer al campesinado de maquinaria y herramientas, a más de abonos y semillas, son otras promesas que habrá que creer; así podemos enumerar lo que nos gustaría, pero siempre otra es la realidad. El gobierno debe hacer lo posible para realizar siquiera algo de lo ofertado y no esparcir ilusiones. Es malo ofrecer y no cumplir, si se quiere administrar con tranquilidad, seguridad y confianza. No es bueno mentir, usar sofismas y fenómenos para convencer. Hay mucho por hacer o hay mil veces más promesas con mentiras y el fenómeno sique latente.
Señores del gobierno, ¿Por qué es imposible usar la verdad y no esgrimir la mentira? ¿Creen que con el engaño se ganó al pueblo?
Si el gobierno pide honestidad, actúe primero con la verdad y no mienta. Si quiere honradez, evite quitar las verdades que son del pueblo. Por favor, la sociedad está cansada de vivir con sofismas, mentiras y engaños. Si les parece bien mentir, que sea en su diario vivir, pero eviten que el pueblo sea engañado. Se dirá por ahí que eso no es cierto, si lo es, acéptenlo.