En reunión de gabinete, el Gobierno puso en vigencia el Decreto Supremo 4959, con el que se crea el Registro Único de Mercurio (RUME), para regular la importación y exportación de mercurio en territorio nacional. La norma además establece que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) será la instancia encargada de autorizar la comercialización de este elemento.
La nueva normativa apunta a proteger la salud de la población, ante los efectos nocivos por el uso de este elemento en la explotación del Oro y también reducir el impacto en el medio ambiente.
Para ello, se establece que el RUME estará a cargo del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, a través del Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y de Gestión y Desarrollo Forestal.
Asimismo, esta cartera de Estado estará a cargo de la reglamentación y establecerá los requisitos necesarios para la inscripción de cualquier persona natural o jurídica, pública o privada que requiera importar o exportar mercurio.
“El Consentimiento Escrito previsto en el Convenio de Minamata sobre Mercurio, se constituirá en requisito para que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua emita la Autorización Previa para la importación o exportación de mercurio”, señala el parágrafo II del artículo tres de la norma.
Esta semana se conoció un estudio elaborado por la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, en el que se denuncia la contaminación por mercurio que afecta a seis pueblos indígenas del norte paceño, cuya población superan de dos a siete veces el límite permitido.
Asambleístas nacionales como la senadora Cecilia Requena, señalaron que este estudio comprobó el envenenamiento por mercurio en 18 de las 36 comunidades evaluadas, donde el 100% de su población resultó afectada gravemente.
“A pesar de no ser primer estudio, es evidencia contundente de que el gobierno no hace NADA para detener el caos minero que el Movimiento al Socialismo ha generado. Todo lo contrario, es cómplice y condena a los pueblos indígenas más vulnerables, a los que fingen defender”, cuestionó Requena.