El papel internacional del euro se mantuvo estable en 2022, cuando continuó siendo la segunda moneda más popular a nivel mundial, solo por detrás del dólar, con un promedio de alrededor del 20%, según varios indicadores de uso que recoge el Banco Central Europeo (BCE) en su revisión anual publicada ayer.
La participación del euro en las reservas mundiales de divisas aumentó en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 20,5% en 2022, aunque la participación del euro en la emisión internacional de bonos permaneció estable en el entorno del 25%.
Asimismo, la participación del euro en los pagos de divisas creció un 3%, hasta el 38%, frente al retroceso del año anterior. Los préstamos internacionales pendientes y los depósitos internacionales pendientes también aumentaron notablemente.
De su lado, la participación del euro en el saldo vivo de títulos de deuda internacionales creció «más de un 1%», hasta el 22%, al tiempo que la facturación de importaciones y exportaciones denominada en la moneda común fuera de la eurozona «no cambió considerablemente».
«A pesar de la concatenación de nuevos ‘shocks’, el rol internacional del euro fue resiliente en 2022», ha valorado la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en referencia a la guerra de Ucrania, la crisis inflacionista y los «crecientes riesgos geopolíticos». «No obstante, su estatus como divisa de importancia internacional no debe darse por garantizada», ha avisado.
De este modo, el BCE ha indicado que, de cara al futuro, el papel internacional del euro se verá respaldado principalmente por una Unión Económica y Monetaria «más profunda y completa», incluida la promoción de la unión de los mercados de capitales, en el contexto de la aplicación de políticas económicas «sensatas».
«Una mayor integración económica y financiera europea será clave para apuntalar la resiliencia del rol internacional del euro en una economía mundial potencialmente más fragmentada», sostuvo, por su parte, el miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Fabio Panetta. (Europa Press)