sábado, julio 27, 2024
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SAYURI LOZA “Soy capaz de transformarme… siempre puedo levantarme y empezar de nuevo”

Nombre: Sayuri Loza

Fecha y lugar de nacimiento: 26 de noviembre de 1982 en La Paz.

Estudios: Soy historiadora del arte.

Estado civil: Divorciada.

¿A qué te dedicas hoy?: Soy consultora y grande parte del tiempo la dedico a estudiar e investigar, a veces por consultorías y otras simplemente por inquietud propia.

 

LG: ¿Qué es lo que el público no sabe de ti?

S: Creo que lo saben todo porque siempre estoy publicando mi vida privada en redes sociales. Mi Facebook es una especie de diario personal, donde pongo todas mis vivencias, mis historias, mis sueños, mis tristezas, mis alegrías, mis enamoramientos (…), así que no sé qué es lo que no podría saber el público. Bueno, quizás, que yo era siempre una gran alumna. Me gusta tener altos promedios en todo sentido. Y me gusta mucho estudiar, siempre estoy estudiando, tomando cursos y no lo hago por los diplomas, sino porque me gusta. Y lo otro que creo que sí se sabe es que me encanta la danza, pero quizás no saben que practico todos los días, sagradamente dos horas de danza.

LG: ¿Cuál es tu mayor tesoro?

S: Mis libros antiguos. Tengo bastantes libros antiguos en casa, me encanta coleccionar.

LG: Si volvieras a nacer, ¿qué cambiarías de tu vida?

S: Probablemente empezaría a estudiar danza mucho más temprano. Yo empecé muy tarde en mi vida, en 2016, cuando tenía ya más de 30 años.

LG: Físicamente, ¿cambiarías algo?

S: No enfermarme, tuve una enfermedad muy grave por muchos años, era un poco más sana.

LG: ¿Cuál es tu mayor fortaleza?

S: Soy capaz de transformarme, el mundo delante de mí se cae antes mis ojos, pero siempre puedo levantarme y empezar de nuevo.

LG: ¿Cuál es tu mayor debilidad?

S: Quiero mucho a mi perrito, soy muy amorosa con mis seres queridos, me apego mucho a ellos.

LG: ¿Qué es lo mejor que han dicho de ti?

S: Que no me pueden definir, es decir que yo no entro en categorías normales, que soy bastante yo misma.

LG: ¿Y lo peor?

S: Lo peor que han dicho es que me han visto borracha y yo no bebo, soy abstemia al 100%, así que me ofende mucho que digan que bebo.

LG: Cuando te miras en el espejo, ¿qué ves?

S: Veo a una mujer muy hermosa y atractiva, que me gusta muchísimo.

LG: ¿Eres una esclava del espejo?

S: No, pero me gusta la ropa, vestirme, arreglarme, cambiarme, la ropa para mí es un símbolo de mi sentido del humor. Me gusta disfrazarme, un día soy una geisha japonesa y al otro soy Lidia Patty (…). Libros y ropa es lo que más compro.

LG: ¿Qué sería lo último que harías por amor?

S: Soy una persona muy enamorada, cuando me enamoro lo quiero dar absolutamente todo, pero también soy muy exigente. Yo trato a la gente como quiero que me traten, así que lo daría todo.

LG: ¿Un alivio para las penas de amor?

S: En lo personal, cuando algo me duele mucho, me pongo a leer, ya sea ficción o textos, biografías de personajes históricos que, igual que uno, sufren, a veces uno se identifica con el dolor de estos grandes seres humanos que han dejado huella en el mundo.

LG: ¿Qué cosa nunca perdonarías?

S: El abandono, no perdonaría que me abandonen.

LG: ¿Una frustración?

S: No haber podido tener y cuidar a mi madre (Remedios Loza) hasta que sea viejita, se me fue muy pronto, tenía 69 años. Hubiera deseado que ella viva hasta los 90, hasta los 100, estaba dispuesta a cuidarla, a cambiarle pañales, a hacerla pasear, aguantar sus chocheras, pero me dejó y fue un gran vacío en mi vida que nunca voy a poder llenar.

LG: ¿Un sueño realizado?

S: Haber bailado en un crucero en El Cairo, Egipto.

LG: ¿Cuándo fue la última vez que lloraste y por qué?

S: Hace unos días, cuando le agradecía a mi novio por cocinármelo, por ser bueno conmigo. Soy muy llorona. Lloro cuando miro películas, de emoción, cuando estoy feliz o triste, cuando veo animalitos sufrir, soy muy sensible.

LG: ¿Qué haces cuando reniegas?

S: Grito y riño a todos… todos saben que cuando reniego, mejor es alejarse. Pero, así como me enojo, me calmo, no soy alguien que pueda renegar por horas.

LG: ¿Cuál es el mejor consejo que recibiste?

S: No te traiciones a ti misma, haz lo que te guste, sé lo que quieras ser, ese consejo me lo dio mi madre.

LG: ¿Cómo te gustaría que te recuerden?

S: Como alguien graciosa, divertida, que no se ha dejado llevar por el dolor y por el resentimiento.

LG: ¿Cuáles son los defectos que te molestan de los demás?

S: No me gusta la radicalidad y la gente que es inflexible en sus opiniones (…). Me molesta también el abandono, que la gente agarre sus cosas, simplemente se vaya y nada más le valga (…).

LG: Si tendrías que ser otra mujer, ¿quién serías?

S: Estoy muy bien como estoy, la verdad es que no quisiera ser nadie más, quizás quisiera ser una Sayuri más joven (…), tener más juventud, pero no ser otra persona porque yo soy muy feliz siendo yo. Mira, a los 40 años, soy libre, feliz, como lo quiero, voy a donde quiero, me echo viajes a todas partes del mundo, estudio lo que más me apasiona, que es la historia, entonces yo más bien rezaría, por favor, si volviera a nacer, volver a ser la Sayuri.

LG: De no estar en la historia del arte, ¿a qué te dedicarías?

S: Sería bailarina, que lo hago, pero si no hubiera estudiado historia, quizás hubiera ido a estudiar danza a medio oriente.

LG: ¿Qué representa para ti tu familia?

S: Mi familia es la gente que me ha comprendido, me ha recibido, me ha abrazado, me ha formado, una familia aymara que me ha enseñado sus valores, sus principios, la forma de hablar, de comer, de reír, son definitivamente la raíz que me ha hecho grande. Yo he llegado a muchos lugares, pero jamás he olvidado mis raíces, ni las he cortado. Además, es la familia que me ha enseñado a no sentir rencor, desprecio, odio, resentimiento, y eso me ha servido muchísimo para alcanzar la felicidad.

LG: Y ¿qué nos puedes decir de Overín?

S: El Overín es mi familia, mi compañero (…), me ha acompañado durante la enfermedad de mi mamá (…), en mi tiempo de divorcio, es mi hermanito. Yo lo veo así porque mi mamá decía que era su hijo, él era de mi mamá y cuando falleció, los dos nos hemos quedado huérfanos y nos hemos aprendido a consolar mutuamente. Además, es un perrito muy sensible, quiere a la gente, es pacífico, la gente también lo quiere mucho (…).

LG: ¿A quién desearías abrazar en este momento?

S: A mi novio (sonríe).

 

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