Propuesta de Goni activa inquietud política

En el transcurso de los últimos años, el pueblo boliviano ha estado sumergido en una oscura nebulosa en la que perdió la orientación histórica y, por tanto, una serie de principios axiológicos, como el sentido de la lógica, la ética, la estética, el criterio acertado, etc. No solo eso, también estuvo perdiendo el sentido de las categorías y hasta llegó al uso y abuso de lo que son la causa y el efecto, lo determinante con lo determinado, lo constituyente y lo constituido y muchos otros valores.
Pero ese estado de densa oscuridad se iluminó con un tímido rayo de luz que permite a la ciudadanía tener un punto de referencia para salir del empantanamiento en que se encuentra. Esa propuesta, que adolece de incoherencias, no disipará totalmente las tinieblas, pero puede servir para tener por lo menos una idea sobre a dónde ir.
Efectivamente, Gonzalo Sánchez de Lozada, el exmandatario exiliado en Estados Unidos desde hace 19 años, ha publicado el folletín político titulado “La Constitución de todos”, en el que además de incluir en su primera parte referencias personales, anexa un proyecto de nueva Constitución Política del Estado, destinada a sustituir a la actual en vigencia desde el año 2009.
El documento no ha podido menos que recibir la atención de nuestro mundo político y en especial de las altas esferas del partido gobernante, algunos de cuyos integrantes han emitido una serie de anáforas esdrújulas y anapestos esquílanos, así como opiniones respecto al texto presentado, mientras, por otro lado, el documento mencionado no ha dejado de tener comentaristas que emitieron al respecto conceptos desde líricos hasta panegíricos.
Pero, en esta oportunidad, aún no es posible emitir opinión alguna sobre dicho documento, que no es nada más que una simple propuesta de un ciudadano ausente y que bordea los 95 años de edad y no entra al país por amenazas y acusaciones, sin que el gobierno haya podido probarlas ni adoptar una actitud coherente para que sea extraditado al país para un juicio de responsabilidades que le corresponde.
Sin hacer juicios de valor, se puede observar que los círculos ideológicos del tolderío gobernante se han sentido alarmados por el mentado contenido del documento, sin embargo, tomando lo secundario por lo principal y lo aparente como lo esencial.
En efecto, alarmado el partido oficialista, está dedicando mucho papel y tinta para criticar al autor del documento, con términos subjetivos (que no vale la pena repetir) y dejando en el olvido lo importante, que es lo que plantea la Constitución que ofrece.
En ese sentido, nada dice sobre el contenido de ese proyecto, que es lo que realmente se debe considerar, ya que hacer otra cosa es perderse en laberintos mentales. Esa actitud poca seria demuestra que un documento personal ha causado síntomas de debilidad y precipitación en los juicios de valor del oficialismo, empeñado en la práctica de la absurda ideología populista, aunque ésta ha sido rechazada por los grandes teóricos políticos y en la situación actual.