lunes, septiembre 30, 2024
InicioSeccionesOpiniónEl “negacionismo” de las pseudociencias

El “negacionismo” de las pseudociencias

Cristian Garvía Araoz

Parte II

Si el ser humano ha sido capaz de pasear por la luna, de crear antibióticos que han salvado la vida de millones, y últimamente es capaz de modificar nuestra propia esencia biológica gracias a las biotecnologías, es gracias a que las ciencias se han apoyado en puntos de “verdad”, hechos demostrables objetivamente. Por ejemplo ya nadie dudaría que la Tierra es redonda, o que los objetos más pesados que el aire tiendan a caer al suelo, etc. Pero desafortunadamente no todas las verdades resultan siempre obvias, y pese a ello hay quienes, en el mundillo de las pseudociencias, no sólo suelen negar verdades establecidas por los científicos, sino además que inventan sus “propias leyes”.
Entre las pseudociencias clásicas encontramos la astrología, la quiromancia, la adivinación por las cartas, etc. La lista de ellas es larga, y cada día se suma una que otra estrafalaria creencia, siempre y cuando haya hallado suficientes incautos como para hacerse un espacio en tan singular mercado. Podemos afirmar, entonces, que las pseudociencias son de alguna forma negacionistas porque niegan abiertamente numerosos principios de la naturaleza, como el que es imposible mover objetos con “la mente”, que la “reencarnación” no existe, o que los “espíritus” puedan operar a los enfermos en extrañas sesiones esotéricas.
Sí, por ejemplo, los astrónomos (ojo, no confundir con “astrólogos”) pueden predecir un eclipse solar para el 27 de febrero del año 2073, a las seis y cuarto de la tarde en cierto lugar del planeta. Es justamente gracias al fino conocimiento de las leyes de la mecánica de los cuerpos celestes, pero cualquiera que se atreva a afirmar que alguno de nosotros ganará la lotería en “x” día y en “x” lugar gracias a que Júpiter, el Zodiaco y las cartas del Tarot “así lo señalan”, primero niega el que tales planetas y creencias sean totalmente falsas, y en segundo lugar, incurre en una mentira por emitir juicios que ni la propia persona que los emitió sabría justificar.
Justamente el peligro del negacionismo, frente a la historia o frente a las ciencias, es que deja la puerta abierta a cualquier delirio y peligro. Así como es grave en política que se olvide o niegue trágicos hechos, que marcaron a las sociedades, es igualmente peligroso para todos que ante los hechos científicos existan quienes afirmen, por ejemplo, poder sanar con la mente, adivinar el futuro, o peor, lograr que delicados negocios prosperen con uno que otro incienso.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES