viernes, julio 26, 2024
InicioSeccionesEditorialNo siempre los cambios son buenos y convenientes

No siempre los cambios son buenos y convenientes

Numerosos países sometidos a transformaciones que creían que serían positivas, han resultado defraudados, porque, contrariamente, hizo mucho daño la política partidista de que “todo cambio es bueno y conveniente”. Al respecto, hay que convenir en que no siempre ha sido así porque si bien naciones sometidas a dictaduras se han liberado y con otros gobiernos han llegado a prosperar, tal situación no se ha mantenido, principalmente por la implantación del populismo.
Países que se debatían en la pobreza han sufrido cambios y llegaron a ser prósperos, pero no supieron administrar de manera honesta y responsable la riqueza que obtuvieron con la explotación y venta de recursos naturales, como petróleo y gas. Al no administrar correctamente esos ingentes recursos económicos y no prever la llegada de tiempos difíciles, los gobiernos populistas y demagogos poco hicieron para atender las necesidades elementales de las poblaciones, por ejemplo, en materia de salud, educación y creación de empleos. Acabada la época de las “vacas gordas”, esos regímenes se limitan a dar soluciones parciales a los problemas o recurren a los préstamos externos para subsistir, sin dejar de usar la fuerza, policial, militar o judicial, como medio de imposición contra el pueblo que reclama. Pero las actitudes extremas solo causan más dolor y necesidades.
Por todo ello es muy importante que las naciones tengan presente que el desarrollo de los pueblos depende, en gran medida, de una administración honrada y responsable de todos los bienes nacionales, además de acertadas políticas económicas y sociales para sacar de la pobreza a la mayor cantidad de habitantes. Es decir que cada gobierno de turno en nuestra región debe invertir los recursos económicos nacionales en obras de beneficio general, no en aquellas que interesen solamente al partido en función de gobierno. Si no se lo hace así se incurre en dilapidar, malgastar lo que ha sido puesto bajo su confianza de manera temporal.
Todo parece un conjunto de suposiciones; pero si se hace un examen de lo que sucede desde hace décadas en nuestro país, hallaremos casos que comprueban lo que decimos. No se debería recurrir a máscaras o sofismas para disimular los problemas de siempre que ningún gobierno de turno ha podido resolver. En consecuencia, se espera, tanto de gobernantes como de gobernados, conductas que sean reflejo de honradez y responsabilidad, para contribuir al beneficio colectivo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES