domingo, julio 7, 2024
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Bolivia está más cerca de importar que de exportar gas

El informe de Milenio sobre los problemas de Bolivia con la producción de gas y la posibilidad de importar el energético se hace cada más evidente ante la falta de nuevos descubrimientos de pozos hidrocarburíferos, se suma a la de Wood Mackenzie, que indica que el desplome boliviano tocará fondo en 2030.

Milenio, en su informe sobre la economía boliviana 2023, advierte que el país tendrá problemas para cumplir sus compromisos con Brasil y Argentina a partir del 2027, y que en un futuro no muy lejano importará el producto para cubrir la demanda interna.

Una nota publicada en lmneuquen.com.ar en febrero pasado, del periodista David Mottura, señala que, si bien hay un plan de exploración de Bolivia, no alcanzaría para satisfacer la demanda de Argentina y Brasil, según un informe de Wood Mackenzie.

Para Argentina, Vaca Muerta es clave para el autoabastecimiento de gas y, potencialmente, generar un complejo exportador para la región y el mundo, a través del gas natural licuado (GNL). La palabra clave es autoabastecimiento, dado que a los precios volátiles del GNL también se le suma la caída de la producción gasífera de Bolivia, un histórico proveedor tanto para Argentina como para Brasil.

En su nota dijo que de los 1.400 millones de pies cúbicos por día de 2022 (MMpcd) paso a producir un mínimo de 400 MMpcd. En las medidas que se utilizan en Argentina, sería pasar de unos 39,7 millones de metros cúbicos diarios a apenas 11,3 MMm3/d.

Neuquén, con Vaca Muerta a la cabeza, alcanzó 91,6 MMm3/d de shale gas en agosto último, un récord histórico y que apunta a ser una constante si termina la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.

El informe suma el análisis de Amanda Bandeira, analista de Upstream para América Latina de Wood Mackenzie. «Con pocos descubrimientos nuevos y poca oferta en campos maduros, la producción comenzará a disminuir a un ritmo mucho más rápido. Actualmente, la demanda interna consume alrededor del 30 % de la oferta total. Para 2030, es probable que la demanda interna supere esta oferta y es posible que veamos a Bolivia convertirse en un importador», señalaba en ese entonces.

En octubre del año pasado, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) anunció el Plan de Reactivación del Upstream (2021-2025), que incluía la exploración de áreas convencionales y no convencionales.

El informe señala que, por la debacle de la producción de gas natural y en ausencia de nuevos reservorios para reponer la capacidad productiva y de reservas, es plausible anticipar que el país tendrá dificultades de cumplir con sus compromisos de exportación a partir de 2027 y que, eventualmente, necesitará importar gas en un futuro no lejano para atender la demanda interna, en cuyo caso estará en juego la seguridad energética de Bolivia.

Un informe de Milenio titulado el cuadro crítico de la producción y reservas de gas natural muestra que en 2015 el país alcanzó una producción de 60,58 millones de metros cúbicos día y a abril de 2023 la cifra bajó a 38 MMmcd.

A ese panorama incierto se suma la falta del estudio de las reservas certificadas, que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) posterga desde hace unos años atrás y recientemente anunció que lo hará en 2024.

Como se recordará, el consorcio canadiense Sproule International Limited desveló que Bolivia tiene 10,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas probadas de gas, 12,5 TCF de reservas probadas y probables, y 14,7 TCF más las reservas posibles. El Gobierno resalta que con estas cifras se garantiza el mercado externo, y el interno estará cubierto hasta el 2035. Expertos en el tema ven una disminución del 19% con relación al último informe de 2013 y observan la poca actividad exploratoria.

 

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