Ante el incremento del movimiento económico del contrabando, que pasa los 3.000 millones de dólares, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) sugiere tres medidas para enfrentar el comercio ilegal, como endurecimiento del delito, es decir bajar el monto autorizado, incentivar y facilitar la importación y realizar campañas de concientización para que la sociedad civil entienda el problema y se involucre en la solución.
De acuerdo al experto en comercio exterior, Gary Rodríguez, en su artículo de opinión: El contrabando… ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Qué opina Ud.? el movimiento económico del contrabando subió en los últimos años.
Desde hace muchos años el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) ha venido sugiriendo tres medidas para enfrentar con mayores posibilidades de éxito el flagelo del contrabando, a saber: Subir la sensación de riesgo a través de una mayor interdicción y el endurecimiento de la tipificación del contrabando como delito, antes que contrabando contravencional; Incentivar y facilitar la importación legal y formal, para lo cual hay que reducir los tiempos y costos del despacho aduanero; 3) Realizar una campaña de concienciación ciudadana de forma sostenida para que la sociedad civil entienda el problema y se involucre en la solución.
Pero los industriales, en un foro internacional sobre el contrabando, en donde participaron representantes de Chile y Perú, calificaron a los contrabandistas como organizaciones criminales, pues ya no sólo se dedican al tráfico de productos, sino de droga, armas, entre otras cosas.
El contrabando de importación ha tomado carta de ciudadanía en Bolivia, es triste decirlo, pero todo indica que es así, dadas las astronómicas cifras estimadas.
Un estudio de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) presentado en 2016 daba cuenta, por aquel entonces, que el contrabando ascendía a 2.230 millones de dólares anuales, sin embargo, hoy se habla de un monto sustancialmente mayor.
La Cámara Nacional de Industrias (CNI) afirmó en un reciente seminario internacional, que la internación ilegal de productos al país subió a la friolera de 3.331 millones de dólares.
Las continuas devaluaciones y depreciaciones en países limítrofes; el bajo costo del dólar en Bolivia, producto del tipo de cambio fijo desde 2011; mercados saturados y la falta de una mayor asertividad en la lucha anti-contrabando, habían llevado a algunas instituciones privadas a sostener que el volumen de dicha actividad iba en constante aumento en los últimos años, preocupación constatable en el día a día, por el hecho de estar atestados de mercancías de contrabando de toda índole.
Desde los afamados “autos chutos” hasta productos electrónicos de línea blanca y línea negra; desde confecciones textiles hasta calzados; ni qué decir de las bebidas, cigarrillos, manufacturas de madera, medicamentos, alimentos y hasta voluminosas cargas de granos, pasando todo ello a constituir una feroz e ilegal competencia contra la producción agropecuaria y la industria, así como a las empresas que están en la importación y el comercio legalmente establecidos, asegura.
El contrabando evade el pago de tributos de importación que vendrían muy bien a las arcas del Estado -más de 900 millones de dólares/año, según la CNI- mientras que quienes producen, importan y comercian legalmente, deben pagar los impuestos de ley.