El diplomático y escritor Joaquín de Lemoine

El destacado escritor Gustavo Adolfo Otero, menciona en la novela ‘Diplomáticos en el Vaticano (Memorias Apócrifas)’ (1955), que “los grandes diplomáticos no han surgido de las filas de la carrera y en momentos de conflicto internacional, tienen que ser eliminados los técnicos, por hombres capaces para las soluciones oportunas…”. Uno de esos diplomáticos capaces fue el literato y diplomático Joaquín de Lemoine.
Considerado por el célebre Rubén Darío: “soñador y practico, buen servidor público”. Nuestro biografiado nació en la ciudad de Cochabamba, en 1857. Posteriormente, estudió la carrera de Derecho en Chile, en éste país inició su vida diplomática como agregado en la Legación de Bolivia.
Durante la Guerra del Pacífico, Lemoine se vio obligado a radicar en Montevideo (Uruguay), donde asumió diversas jefaturas de redacción en varios periódicos, además de la abogacía. Luego desempeñó el cargo de Prefecto de Tarija.
Con el transcurso del tiempo ocupó otras representaciones diplomáticas en naciones americanas, transfiriéndolo finalmente, al Consulado General de Bolivia en Bélgica. En dicho cargo destacó como orador en el Congreso Postal celebrado en Roma, donde fue condecorado por el rey Víctor Manuel III, como oficial de las Órdenes de San Mauricio y San Lázaro.
Posteriormente, fue promovido al rango de Ministro Plenipotenciario en Bélgica. Lamentablemente falleció en 1924.
Es necesario mencionar, que en campo literario público ‘El Mulato Placido o el Poeta Mártir’ (1875); ‘Auras Matinales’ (1913), obra dedicada a Bolivia y a su madre. En el género biográfico publicó la célebre obra: ‘Biografía del general Eliodoro Camacho’ (1885), en la cual destacó: “¿A quién dedicaré esté libro? Me pregunte al concluirlo. No vacilé un punto en la respuesta. Homenaje al valor de un soldado que cayó en el Alto de la Alianza, acribillado de heridas a las que apenas sobrevivió, es junto y lógico que lo dedique a quien, allí mismo, fue derribado del propio modo y murió dando vivas a la Patria y a la Libertad”, apuntó. Obra reeditada en 1942.
Otro libro de igual trascendencia fue ‘Clorinda Matto de Turner’ (1887), exquisito estudio de aquella brillante figura de las letras peruanas. También realizó los estudios en torno a ‘Santiago Vaca Guzmán’ (1896) y ‘Tomás O’Connor D’Arlach’ (1911), que el autor las incluyó en su obra ‘Perlas de dos Mundos’. Además, publicó el folleto: ‘Biografía de don José Joaquín de Lemoine’ (1910), homenaje que rindió a su abuelo, héroe de la independencia.
Crítico de arte, publicó los estudios: ‘Artistas y Poseuses’ (1897); ‘Los diamantes Sud-Americanos’ y ‘Perlas de Dos Mundos’ (1917).
En el campo de las Relaciones Internaciones publicó: ‘Bolivia y el Paraguay- Pleito de Medianería’ (1898); ‘Dos palabras a mis conciudadanos. Tratados definitivos entre Bolivia y Chile’ (1903); ‘Solución del Problema. El Tratado con Chile’ (1905) y ‘La Bolivie Actuelle’ (1909).
De esta manera, rendimos un homenaje al célebre diplomático y escritor Joaquín de Lemoine, olvidado por la historia.