Al ingresar a una biblioteca, encontramos lectores de libros de toda clase y también de periódicos, que son considerados “portadores de mi vida”. Algunos ejemplares están amarillentos, envejecidos y rotos, pero contienen información valiosa sobre hechos del pasado y del presente. Algún lector dijo al respecto que estuvo en dos guerras y que con la lectura revivía lo pasado, porque resultaba ser su propia historia. Así muchos rememoran lo sucedido hace muchos años, mediante ediciones impresas, como periódicos, revistas, libros o folletos. Cada uno de ellos reproducir hechos históricos, paisajes dignos de ser tomados en cuenta para extraer lecciones de vida.
El periodista y escritor español Baltasar Gracián, alguna vez, ante la ausencia de noticias en su ciudad, dijo: “Hombre sin noticias, mundo a oscuras”. Es cierta esta aserción para quien no tiene interés en enterarse de lo que pasa o ha pasado en el mundo a través de prensa, radio y televisión.
Contrariamente, muy felices deben sentirse quienes, generalmente en niveles de poder, desean ocultar o evitar la publicación de noticias o comentarios sobre fotos comprometedoras o enfrentamientos bélicos en varias latitudes del mundo, en los que tienen su parte. Ellos, forjadores de la oscuridad, gozan de enorme influencia para favorecer sus intereses y someter a todos los que opongan resistencia, mediante organismos bajo su dependencia.
Tiranos y dictadores que tienen dominio sobre grupos de personas o naciones seguramente esperan que la prensa sea amordazada y suprimida la libertad de expresión. Sin embargo, al imponer la censura destruyen el derecho a la libertad de expresión, sin considerar que, al alcanzar a toda la humanidad, podría favorecerlos también a ellos, cuando vuelvan al llano. Y es que todos los habitantes del orbe tienen derecho a manifestarse libremente.
No obstante, en el mundo no faltan los enemigos de la libertad de prensa y de comunicación que tratan de apoderarse de cualquier manera, rápida o paulatinamente, de medios y periodistas o ejercer influencia sobre ellos para que difundan solo lo que les interesa. En estos casos, la primera víctima es la verdad, ya que es reemplazada por la propaganda a favor de los gobernantes de turno, que usan a prensa, radio, televisión y medios de comunicación alternativa para fines vedados, para ensalzar sus actos o disposiciones, aunque atenten en realidad contra las libertades y derechos del ser humano. Quienes se aferran al poder, son enemigos acérrimos de las leyes y de toda regulación, son contrarios hasta a la vigencia de dogmas religiosos que propugnan luchar contra todos los males que impiden una convivencia pacífica que es tan anhelada por los pueblos.
Ciertamente, una señal de mal gobierno es la presión directa o encubierta contra la prensa, a fin de que no cumpla con su función principal, que es difundir con imparcialidad los hechos y orientar sobre los asuntos que son de interés general.