martes, septiembre 3, 2024
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Cómo aceptar el pasado de tu pareja

Por Gema Sánchez, psicóloga

Todos tenemos nuestra historia personal. Tal vez no siempre estemos orgullosos de cada cosa experimentada, vivida y realizada o incluso es posible que nos avergoncemos de ciertas etapas. Al fin y al cabo, no todo el mundo es capaz de aceptar el pasado de los demás y eso nos produce en ocasiones algo de inquietud a la hora de sincerarnos.

Esto es especialmente delicado cuando mantenemos un vínculo de pareja. No es extraño que, a pesar de las emociones desencadenadas al principio de una relación, con el tiempo aparezcan prejuicios o dificultades para aceptar la historia personal del otro, en especial con todo aquello que se relaciona con las relaciones sexuales. Ahora bien, eso es solo una parte.

La pregunta por tanto es la siguiente, ¿por qué nos cuesta aceptar el pasado de otros? Todos tenemos nuestras vivencias y sabemos que lo pasado “pasado está”, que el presente es lo que importa, que el ahora es lo esencial en una relación. Pero… ¿Por qué no vale esto para los demás?

A menudo, tras este tipo de enfoques se halla el miedo y la inseguridad. Profundicemos un poco más en el tema.

Muchas personas tienen problemas para aceptar el pasado de los demás porque ellos mismos tienen remordimientos y deudas pendientes del pasado. No hemos sido capaces de dejar nuestra historia personal atrás o de perdonarnos por algo y por eso no lo hacemos con el otro.

Esto no es fácil de reconocer. Albert Einstein solía decir que “los problemas no pueden ser resueltos en el mismo nivel de conciencia que los creó”.  Necesitamos por tanto un acto de valentía para resolver los nudos propios, afrontar conflictos del ayer, cargas y miedos para después, mirar el mundo con mayor paz interna.

Solo cuando confiamos en nosotros mismos podemos confiar en los demás.

A menudo, vemos en el otro algo que nosotros mismos no hemos resuelto y que nos gustaría olvidar. De este modo, castigamos al otro por nuestras faltas.

Aceptar el pasado de los demás cuando sentimos celos

Aceptar el pasado de los demás es muy complicado cuando en la pareja habita una figura muy concreta: los celos. Este incómodo ingrediente viene mediado por la inseguridad, la baja autoestima o la baja autoconfianza.

Es más, estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Michigan nos revelan que los celos emocionales no solo se relacionan con estas dimensiones ya señaladas. En ocasiones, tras esas personas con un carácter obsesivamente celoso está el narcisismo.

Por otra parte, hay quien se siente altamente molesto al pensar en el pasado sexual de la propia pareja. Esto se debe a que a veces, solemos crecer con una imagen idealizada del amor.

El problema del qué dirán

A todo lo anterior se suma un ingrediente no menos llamativo. Muchas personas no son capaces de aceptar el pasado de los demás por miedo al qué dirán. Esto ocurre tanto en las relaciones de pareja como en las relaciones sociales.

Estar con alguien con un trabajo determinado, alguien con una historia singular, con un pasado determinado y mal visto socialmente, puede hacer también que en algún momento, nos sintamos incómodos. Ahora bien, no podemos vivir pensando siempre hacia fuera, renunciando a nuestra libertad y a nuestra individualidad.

No podemos valorar a otro pensando en lo que pensarán los demás, como si todos fuéramos parte de una misma mente pensante. Tienes que sentirte libre y darle la oportunidad al otro de darse a conocer, de mostrar su valor actual.

Aprende a conocer y a confiar en los demás

No se puede cambiar lo ocurrido, pero sí podemos cambiar la manera en que miramos hacia adelante. Esto vale para uno mismo y para los demás. Por eso es tan importante preocuparse por conocer al otro.

Todas nuestras experiencias, incluidos todos los tropiezos, fallos, faltas, malas decisiones, todo lo que nos hayan hecho que nos haya hecho daño nos hace crecer, nos hace más fuertes. Incluso en la desgracia hay una oportunidad para ser mejor.

No juzgues al otro, resuelve, acepta, acoge

Muchos aspectos del pasado de los demás que nos cuesta aceptar son aspectos que no hemos resuelto de nosotros mismos.

De hecho, puede que la otra persona se sienta orgullosa de su propio pasado y eso, es algo que debemos aceptar. En lugar de juzgar es necesario que entendamos, apreciemos y resolvamos conflictos propios.

Nadie es perfecto. Solo con mirarte tienes suficiente para recordarlo. Si no quieres que los demás te juzguen por algo que no encaje en sus moldes o en los estereotipos sociales, no lo hagas tú con los demás.

En cualquier caso, tu juicio no es más que una opinión sobre algo aparente. Y  las apariencias engañan. Si quieres vivir una vida más plena e interesante tendrás que superar eso y darte la oportunidad de ver más allá.

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