En una economía de mercado como la que está vigente en nuestro país, con sus virtudes y fallas, la población observa que los precios de diversos productos suben cada cierto tiempo o, en otros casos, algunos artículos de la canasta familiar mantienen su valor, pero han disminuido su calidad o tamaño. Por tal situación, la demanda popular es que las autoridades nacionales hagan los mayores esfuerzos para aplicar medidas orientadas a evitar aumentos excesivos de precios en los mercados de abasto. Se repite la costumbre de elevar precios de productos ante cualquier señal de crisis económica, particularmente por comerciantes o intermediarios, con la finalidad de enriquecerse a costa de la economía depauperada de la mayoría de la población. Y hasta ahora no hay forma de parar ese abuso, en casi todos los mercados de consumo y centros comerciales.
El problema es mucho mayor porque el costo de vida resulta muy difícil de asimilar, puesto que también como consecuencia suben las tarifas de servicios, como de transporte, por la vigencia del trameaje, y los recargos por atención de personal especializado, por entregas a domicilio, etc. Es decir que no ninguna autoridad tiene capacidad operativa para poner freno al encarecimiento de la canasta familiar, a lo que se suma la demanda de mayor presupuesto familiar para comprar material escolar, pagar matrículas y pensiones en colegios y universidades, etc. Todo ese gasto incide en la economía de los ciudadanos, que deben enfrentar un encarecimiento que acelera la inflación y hace que el costo de vida sea cada vez mayor.
Es muy importante, pues, que las autoridades correspondientes tomen en cuenta todo lo mencionado y asuman sus deberes para ejercer algún control efectivo a quienes especulan con los precios, antes de que se aceleren conflictos sociales de imprevisibles consecuencias.
Finalmente, se debería vigilar muy de cerca lo que pasa con el servicio de transporte, por diversos problemas, como el estado de los motorizados, la conducta de los choferes, que deja mucho que desear, con algunas excepciones, así como el manipuleo de alimentos como frutas y verduras en mercados zonales, considerando que son llevadas desde regiones productoras a centros de consumo. En este caso, también son elevados costos y fletes por los servicios que prestan los transportistas, lo que contribuye a la subida de precios de productos de la canasta familiar. Por todo ello el problema del encarecimiento adquiere dimensiones muy grandes y requiere soluciones efectivas y oportunas para no seguir atentando contra la economía popular, lo que puede derivar en más protestas sociales, de las cuales están cansados quienes viven en la sede de Gobierno, por su proliferación insoportable en los últimos años.
Evitar subida de precios en mercados del país
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