La gran desgracia de Bolivia

Le pido al lector que se dé un momento y piense en los más grandes héroes nacionales. Los primeros nombres que vienen a su cabeza seguro son Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Eduardo Abaroa o Túpac Katari. Sin embargo, ¿son estos realmente héroes nacionales o más bien su figura no ha sido bien estudiada?; es claro que cada personaje histórico tiene dos caras, pero creo que su rol en la historia se define en cómo han hecho progresar o no a su país.
Simón Bolívar fue indudablemente el “libertador de América”, pero no se suele ver toda su historia. No olvidemos que buscaba forjar la Gran Colombia, si esto hubiera llegado a pasar, no existiría Bolivia; de igual forma, Bolívar buscaba ser todopoderoso (inspirado en Napoleón), es decir una clase de emperador. Por ese motivo fue despojado del poder. Vemos que Bolívar sí fue el libertador de América, pero no era alguien democrático y mucho menos alguien que quería que Bolivia prevaleciera con el pasar del tiempo.
Respecto a Antonio José de Sucre, sus acciones sí fueron más benéficas para Bolivia, pero su corta presidencia hizo que su trascendencia fuera menor. Sobre Eduardo Abaroa no hay mucho que decir, nunca se tuvo muy claro cuál realmente era su postura y si realmente era un ferviente patriota. Finalmente, Túpac Katari no fue luchador en contra del colonialismo, no olvidemos que él era un cacique; su revolución empezó debido al incremento de impuestos por parte de los españoles, no por alguna reivindicación social.
Podemos seguir por horas y horas viendo a las figuras históricas nacionales y ver cómo su “lado oscuro” explica sus acciones. Ni hablar de los que han ocupado la presidencia, creo firmemente que no hemos tenido a un buen presidente en nuestro país o uno que si haya hecho progresar a nuestra nación de manera real. Es más, hemos tenido presidentes grotescos que han tenido buenas oportunidades para hacer crecer al país, pero no lo han hecho. Otros que han perdido territorios y han dejado en ridículo a nuestro país frente al mundo.
Entre los peores siempre tengo en mente a Siles Zuazo y Paz Estenssoro, quienes no supieron llevar bien la revolución, estancaron al país, destruyeron la economía y sembraron todo lo malo que hoy padecemos. La revolución del 52 era necesaria, pero debía ser bien llevada para hoy por fin tener un país fuerte, unido y próspero. En vez de eso, generó división, fue una burla de intento de nacionalismo y fue un fiasco económico. Quien no aprovecha “una chance de oro”, no merece perdón ni consideración.
Bolivia pudo tener una imagen diferente hoy, pero las malas decisiones y sobre todo los pésimos presidentes son responsables de nuestro pobre desarrollo. Bolivia tampoco ha tenido un partido político que haya marcado huella por hacer las cosas bien y de forma duradera. A diferencia de otros países, nuestra nación no cuenta con personajes históricos que hayan sido trascendentales. Esto es perjudicial, pues no tenemos una figura a la cual seguir, no contamos con alguien que sirva de inspiración para los bolivianos. Empero, sí hay ciertas figuras nacionales que no han sido tan importantes, pero a las cuales debemos rendir tributo.
Tengo en mente sobre todo a los extintos Oscar Únzaga de la Vega y al General Bernardino Bilbao Rioja. El primero fue un gran nacionalista, un adelantando a su época, un hombre que amó a Bolivia sobre todas las cosas, pero que no pudo lograr mejorar el país por la vileza del MNR; mientras que el segundo, fue nuestro más grande héroe de guerra. Fueron gracias a sus acciones bélicas que Bolivia no quedó en la “desgracia” en la Guerra del Chaco. Está claro que la gran mayoría de países han contado con su partido político diferencial y con figuras históricas de suma importancia. Nosotros no contamos con ninguno de estos elementos, pero eso no es del todo malo. Estoy seguro de que tarde o temprano aparecerán para que por fin salgamos de nuestra etapa de subdesarrollo y caos.