Las personas no mueren mientras no las olvidemos y eso queremos testimoniar hoy al recordar a dos grandes y queridas actrices paceñas que representaron brillantemente a la chola paceña. Hablamos de Rosita Ríos y Agar Delós, quienes lamentablemente fallecieron, pero nos dejaron como legado sus excelentes interpretaciones, en el escenario, de la chola paceña, uno de los personajes emblemáticos de La Paz.
A días de celebrar los 214 años del Grito Libertario de La Paz, qué mejor que destacar la trayectoria de estas maestras de la actuación, quienes en las diversas entrevistas publicadas en los suplementos Tu Guía y La Guía del periódico EL DIARIO siempre resaltaron lo importante que era representar a la chola paceña.
ROSA RÍOS
Rosita Ríos Valdivia nació en La Paz el 17 de abril de 1935 y falleció el 19 de agosto de 2018. No solo fue un ícono del teatro boliviano y una actriz que personifícó con todo sentimiento a la chola paceña, sino que fue, sobre todo, una dama en toda la extensión de la palabra.
El primer papel que Rosita hizo fue precisamente el de una sanguchera en la obra La calle del pecado, Condehuyo, en septiembre de 1971, al lado de Raúl Salmón de la Barra y Tito Landa, a quienes la actriz siempre recordaba con mucho cariño, según afirmó al entonces suplemento Tu Guía.
TG: ¿El papel de chola es el que más ha marcado su carrera teatral?
R: Bueno, empecé con ese papel y creo que es con el que me he identificado en todos estos años, porque la señora de pollera tiene un sufrimiento que a veces nosotros no lo entendemos. La señora de vestido se pinta, se arregla a fin de que las amistades nada le digan. En cambio, una señora de pollera no sabemos qué es lo que lleva bajo el sombrero y la manta. Yo he visto en muchos casos que era discriminada, pero no entendemos sus preocupaciones, porque las disimula. Rara es la señora de pollera que diga: “¡Yo he hecho eso, a mí me ha pasado esto o estoy pasando esto!”. Entonces se las aguanta y “se las chupa”, como se dice vulgarmente.
TG: ¿Qué ha significado para Rosa Ríos personificar a la chola paceña?
R: En lo personal aprender mucho, es algo que a mí me gusta. Hacer el papel de una dama, con trajes largos y andar de puntitas como me hizo hacer (la actriz y directora) Ninón Dávalos y otra directora, no es lo mismo que asumir el papel de una mujer de pollera, donde sí me deshago, hablo de todo lo que una tiene que hablar.
TG: En tantos años de carrera, ¿qué le ha dado el teatro?
R: Muchas satisfacciones, muchos aplausos y el amor y el reconocimiento de la gente.
LG: Si tendría que ser otra actriz, ¿quién sería?
R: Sería una cholita, me gusta mucho ese personaje, que empecé a interpretarlo con don Raúl Salmón, pero no dejaría de ser Rosa Ríos.
AGAR DELÓS
Agar Delós nació en La Paz el 24 de marzo de 1937 y murió el 9 de junio de 2019. La buena madera de la que estaba hecha fue percibida por el director Raúl Salmón de la Barra cuando la descubrió en 1953 y con quien debutó con el personaje de cholita en la obra Los hijos del alcohol.
“En esa obra hice el papel de una cholita y don Raúl me dijo: Hijita, eres todavía una niña, pero tu físico va a ayudar. Aquí, en el teatro, crecemos, envejecemos, rejuvenecemos y muchas veces morimos, así que vas a estar bien porque yo quiero que tú de hoy en adelante siempre estés en mis obras”, recordaba la talentosa actriz a Tu Guía de EL DIARIO.
Desde ese momento el teatro le dio la oportunidad de elevar la autoestima de la mujer de pollera. “Siempre dije que ella puede llegar a ocupar un sitial especial en la sociedad”, afirmaba.
TG: ¿Qué tipo de actriz es Agar Delós?
A: Soy una actriz que puede interpretar cualquier rol, aunque la mayor parte de mi carrera he personificado a la chola paceña.
TG: ¿Qué le ha dejado representar a la chola paceña?
A: Bueno, la chola, al igual que una reina, una princesa, es también un ser humano con sentimientos, que sufre y ríe cuando tiene problemas y que disfruta cuando algo llena su vida de alegría. Solo le falta capacitarse, es un ser fuerte, luchador, emprendedor, ejemplo de trabajo.
TG: ¿Qué personaje marcó su carrera?
A: Uno que recuerdo es cuando hice de la madre de Zambo Salvito en 1968, bajo la dirección de Juan Carlos Bassi, quien le dio mucha fuerza a este personaje. Ahí realmente agoté el físico. La obra fue un gran éxito, pues estuvimos dos meses y más en cartelera y viajamos por el interior.
TG: ¿Su fisonomía le ayudó a interpretar a algunos personajes?
A: Puede ser, pero al margen del físico, en mi participación en la película Escríbeme Postales a Copacabana, por ejemplo, lo que más le impresionó al director, Thomas Krontaler, fue mi fuerza interpretativa.
LG: ¿Cuál fue el secreto de su éxito?
A: Aprender, aprender y ser humilde. Para ser una buena actriz se necesita amar este arte y respetarlo, sobre todo.
LG: ¿Qué le ha dado el teatro?
A: Muchas satisfacciones. Me ha llevado a la televisión inicialmente y después al cine. Realmente me siento feliz. También me dio la oportunidad de elevar la autoestima de la mujer de pollera. Siempre dije que ella puede llegar a ocupar un sitial especial en la sociedad.
LG: ¿Qué le dejó Escríbeme Postales a Copacabana, donde hizo su primer papel protagónico en el cine dando vida a Elena?
A: El valorar lo nuestro, lo que tenemos, de mostrar esa fuerza que tiene nuestra raza, nuestra cultura y también el demostrar que en Bolivia hay grandes valores en la parte actoral y técnica, tenemos grandes profesionales.
