Con la misma recurrencia y pertinacia que un hámster utiliza para hacer girar la rueda de su jaula, desde hace más de tres años el gobierno utiliza la muletilla del golpe, para distraernos de todos los momentos aberrantes que nos toca vivir a los bolivianos, por causa de sus incontables actos de inmoralidad e inoperancia.
Cabe citar, como muestra de esa aserción, la reciente revelación emitida, nada más ni nada menos que por el jefe de bancada del MAS, diputado Andrés Flores, en sentido de que Evo Morales instruyó al Pacto de Unidad y a la Central Obrera Boliviana (COB) que presenten su renuncia en la crisis de 2019, declaraciones que motivaron que el manido discurso del «golpe de Estado» se caiga y, junto con él, todas las inicuas medidas que se hicieron en su nombre, como la vil persecución política, de odio y venganza contra la expresidenta Jeanine Añez, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, el dirigente potosino Marco Pumari, y todos los demás incontables atropellos cometidos.
De haber sido original dicha fórmula perversa, quizá hubiese alcanzado mayores rastros de credibilidad, empero, ya en el año 2002, algo similar produjo el castrochavismo en Venezuela, al deponer al recientemente elegido presidente Hugo Chávez, arrestarlo, y tratar de frenar con ello las incontenibles protestas que se sucedieron, tras las absurdas leyes y medidas emprendidas por el inexperto aprendiz de dictador, y con la estupidez más grande, se lo sustituyó por el empresario Pedro Carmona, quien devolvió la silla a sus verdugos pocos días después, para la aniquilación y venta a Cuba de esa hermosa Patria.
Volviendo al sainete de Morales, que llegó representando a nuestra “Reserva Moral”, fue más que claro que, después de generar un clima de violencia y latrocinio en el país, pidió que sus sucesores constitucionales renunciaran, a fin de demostrar que él, dentro de ese caos, “era la única solución del desconcierto que él mismo generó». De esta forma, no existe duda alguna de que él, también, fue cómplice de las «matanzas» que se produjeron en el país.
Aquello de que la mentira tiene patas cortas, es una sentencia de vieja data que creímos que nunca se cumpliría, hasta que nos convencimos, tras la llegada de la reserva morales, hace 17 años, que muy a pesar nuestro, nos hemos ido convirtiendo en un Estado forajido, ausente de toda ley, donde campea el narcotráfico, el contrabando, la injusticia más atrevida y recientemente, con ira vimos cómo bajo el beneplácito de algunas autoridades, se produjo el robo de vehículos de Chile, situación que ya alcanza ribetes de alarma internacional.
Sobre este tema, el ex carabinero chileno, Hugo Bustos, ante la indiferencia de nuestras autoridades frente a la tentativa de homicidio que se produjo en la localidad de Challapata en contra de ciudadanos chilenos que vinieron a buscar personalmente su camión robado, habiendo sido recibidos a tiros, con la agravante de que el propietario quedó tullido por un tiro recibido en plena espina dorsal, señala que se trata de un caso que no sólo entristece a la comunidad de aquellos que sufren estos atropellos, sino a nosotros mismos, que vemos que, con este clima de caos y anarquía, donde reina el crimen organizado y donde ya no existen garantías constitucionales, muy pronto estemos expuestos a la ira de nuestros vecinos y, por qué no, que en un cercano futuro retornen los Golpes de Estado a la Carta.