sábado, agosto 31, 2024
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Deuda pública de Bolivia pasó los parámetros internacionales

A pesar de que el Gobierno sólo toma en cuenta la deuda externa en sus comparaciones con el Producto Interno Bruto (PIB), organismos internacionales toman como parámetro la deuda pública que implica interna y externa, el país ya habría superado algunos indicadores; sin embargo, la aprobación de nuevos créditos siguen en análisis en la Asamblea, de acuerdo a economistas y legisladores.
Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestra el porcentaje de los países de la región con relación al Producto Interno Bruto (PIB), en donde Bolivia se encuentra en tercer lugar con 86,1%, después de Brasil que alcanza a 91,9%, pero el que se lleva la flor es Venezuela con 307%.
A pesar de que el Gobierno en reiteradas oportunidades señala que la deuda externa con relación al PIB se encuentra por debajo de los niveles de los límites que indican los organismos internacionales, lo cierto es que éstos no toman en cuenta la interna.
Normativa
internacional
El Marco de Sostenibilidad de la Deuda fijado por BM-FMI es de 40% del PIB y 50% determinado por la Comunidad Andina de Naciones-CAN, para la deuda pública de un país, consideran todos los pasivos tanto con organismos multilaterales, bilaterales, privados, títulos de deuda, la deuda interna del Banco Central de Bolivia (BCB), la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF), deuda de empresas públicas, y otros, de acuerdo al presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Sin embargo, Bolivia sólo considera como tal a la deuda externa de mediano y largo plazo, sin considerar que la deuda pública total de un país debe considerar tanto, deuda externa e interna, agregó.
La deuda externa a mediano y largo plazo, del 2012 al 2022, creció en un 217%, y el servicio de la deuda en un 258%; según el informe de la deuda externa 2022 del BCB, un 79,4% son pasivos entre 11 a 30 años de plazo, del total del servicio de deuda pagada la gestión pasada un 52,6% fue destinado a bonos soberanos, muy alicaídos por el contexto macroeconómico vigente, sostiene Romero.
“Según datos del BCB, a mayo del 2023, tenemos una deuda externa de 13.327,4 millones, que representa el 29,2% de nuestro PIB; pero con esos datos, significaría que el año pasado tuvimos un PIB nominal de 45.642 millones de dólares, sin embargo, el dato oficial de la gestión pasada fue de 44.315 millones ¿será que a mayo 2023 tenemos ese PIB? Hay que recordar que la tasa de crecimiento proyectada por el gobierno nacional es de 4,86%, lo cual indica que este año llegaríamos un PIB de 46.469 millones. No están cuadrando los números en los informes gubernamentales”, observó.
La gestión pasada la deuda externa representó el 30% del PIB de Bolivia, la reducción a mayo es de apenas 0,80 puntos porcentuales, muy poco. Nuevamente la deuda pública total del país se está enfocando en la deuda externa, que si bien el dato oficial es un 29,2% del PIB, revisando la información económica y financiera del BCB, da que la deuda interna es más del 50% del PIB, entonces, fácilmente, la deuda total de Bolivia supera el 80% de su PIB, pero no se puede estimar totalmente, ya que no existe una información actualizada, complementó.
El criterio personal, es que tenemos un nivel de deuda pública elevado y riesgoso, por los montos y el uso actual de los desembolsos, la capacidad de pago a corto plazo no es segura totalmente y más aún con un elevado gasto público extraordinario, no se descarta un posible default si el ritmo de endeudamiento crece a este ritmo; para este año se proyectó 1.124,67 millones de dólares por mes de acuerdo al Presupuesto General del Estado (PGE 2023), sostuvo.
En la mayoría de las conferencias de las autoridades del sector económico, sólo mencionan el porcentaje de la deuda externa con respecto al PIB, pero no detallan el monto que se debe a los organismos multilaterales, bilaterales, privados, así como a las entidades internas.
Como se recordará, en medios de prensa, los economistas ya alertaron que el gobierno ya se habría prestado un monto significativo de las AFPs y se alertaba que el control de las pensiones en manos del Gobierno abría las puertas para la otorgación de más créditos sin ninguna oposición.
A pesar de que el director de la Gestora Pública dijo que la entidad tiene cinco candados por el cual se garantiza la buena administración de los aportes, el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, dijo que las llaves la tienen los políticos del Movimiento Al Socialismo.
Una observación que hicieron en las redes sociales apunta al candado que tenía el BCB en el uso de las Reservas Internacionales, en especial del oro, pero una ley autoriza a su uso sin pedir permiso a la Asamblea, similar situación se podría repetir en la Gestora.
Mientras tanto, el diputado Miguel Antonio Roca escribió en su @MiguelAntonRoca que «Morales y Arce recibieron la economía con una deuda externa de 1,309 millones de dólares. Entre el 2006 y el 2023 (junio), se han prestado 22,696 millones, de los cuales han ido pagando 6,995 millones, por lo que el saldo actual de deuda externa estaría en 15,701 millones».
Asimismo, Marita Patiño escribió en su @MaritaPatino que la “deuda pública de Bolivia $us 34.665,7 MM (+ del 80% del PIB). Deuda externa: 31% del PIB ($us 13.362,7 MM a abril de 23). Deuda interna: 35,2% del PIB ($us 15.155 MM a nov. 2022). Deuda empresas estatales 14,3% ($us 6.148 MM a jun. 2022). Justificada la vacación de los parlamentarios”.
Cuando los diputados aprobaron el crédito de 500 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los legisladores del partido en función de gobierno, ya indicó que una parte irá para salud y otra para reposición del gasto que se hizo para el pago del Bono Contra el Hambre, aunque en su momento la exsenadora Eva Copa informó que la cancelación del beneficio estaba garantizada con los créditos del BID y del Banco Mundial.
Roca muestra los cuadros de destino de los créditos, y se observa que alrededor del 75% irán para gasto corriente y el resto para la inversión pública.
Chávez en reiteradas oportunidades dijo que el Gobierno raspa la olla, que no hay recursos por ello acude al financiamiento externo, pero esto sólo paliará el momento, ya que se requiere una serie de acciones para salir de la crisis.
En una entrevista con este medio, el economista y exdirector del BCB, Gabriel Espinoza, dijo que los recursos que se aprueben no se desembolsan de inmediato, a no ser que haya un trato diferente, ya que el mismo llega de acuerdo al avance de los proyectos.
Aumento
La semana pasada la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sacó un informe sobre la deuda pública, en la misma advierte sobre el aumento a nivel mundial: un récord de 92 billones de dólares en 2022, 3.300 millones de personas ahora viven en países donde los pagos de intereses de la deuda son mayores que los gastos en salud o educación.
El pasado 12 de julio, el secretario General de las Naciones Unidas presentó el informe «Un mundo de deuda, una carga creciente para la prosperidad mundial» y emitió una grave advertencia cuando la deuda pública mundial alcanzó un máximo histórico de 92 billones de dólares en 2022.
Esta quintuplicación de los niveles de deuda pública desde 2000 exige una acción inmediata para hacer frente a la escalada de la crisis que afecta en particular a los países en Desarrollo.
El Secretario General de las Naciones Unidas subrayó: «En promedio, los países africanos pagan cuatro veces más por los préstamos que Estados Unidos y ocho veces más que las economías europeas más ricas. Un total de 52 países, casi el 40% del mundo en desarrollo, tienen serios problemas de deuda”.
Esa disparidad en las tasas de interés destaca la desigualdad inherente en el sistema financiero internacional, que carga a los países en desarrollo de manera desproporcionada. Hoy, la mitad de todas las naciones en desarrollo gastan un mínimo del 7,4% de sus ingresos por exportaciones en el servicio de la deuda pública externa, sostiene una nota de prensa de la entidad internacional.
De especial preocupación es el rápido crecimiento de los pagos de intereses, superando otros gastos públicos. Es alarmante que algunos gobiernos se vean obligados a gastar más en el servicio de la deuda que en sectores críticos como la salud y la educación. Inquietantemente, el informe muestra que al menos 19 países en desarrollo asignan más dinero al pago de intereses que a la educación y 45 asignan más al pago de intereses que al gasto en salud.
La creciente dependencia de los acreedores privados, que ofrecen una deuda más cara y con vencimientos más cortos que las fuentes oficiales, también ha complicado la reestructuración de la deuda de los países en desarrollo. Actualmente, los acreedores privados poseen el 62% de la deuda pública externa, frente al 47% de hace una década atrás.

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