La era del gas llega a su fin y sin inversión privada no despegará, pues la Ley de Hidrocarburos no es atractiva para las transnacionales y algunas ya levantan vuelo hacia otras regiones, mientras siguen anuncios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de acelerar los trabajos de exploración, con menor presupuesto que la explotación. Las regiones reducirán sus ingresos y el país empezaría a importar, se estima entre 2 y 3 millones de metros cúbicos día (MMmcd).
Desde ya el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, fue claro en indicar que el gas se hizo gas, y hace algunos años el analista del sector hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, alertó que la nacionalización no era una medida acertada.
En su momento, el analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, dijo que la Ley de Hidrocarburos sólo se preocupó de cosechar de las inversiones que se hicieron en años anteriores y no se desarrollaron ni encontraron nuevos reservorios.
La producción de gas sigue cayendo, a abril habría llegado a 38 millones de metros cúbicos día (MMmcd). El ingreso de recursos por la venta de este energético bordeó los 3.000 millones de dólares en 2022, pero en 2014 llegó a 6.000 millones.
Ante el ingreso de Vaca Muerta, es hora de manejar varias opciones para evitar la reducción de recursos, pues significaría menos obras y despidos de empleados públicos, en especial en los subgobiernos, pues a criterio del presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, la burocracia estatal no se reduciría.
Ante ese panorama incierto, Romero baraja opciones como el alquiler de los ductos, que ya propuso Argentina para exportar a Brasil, también como intermediario para cubrir la demanda de Brasil, pero recomienda alcanzar acuerdos a través de negociaciones inteligentes con ambos mercados.
Alerta que las negociaciones serán complicadas, la oferta de gas está en la región a través de Argentina, y ante la caída de la producción, Bolivia tiene un panorama complicado, a pesar del anuncio de autoridades del sector de hidrocarburos, que indicaron que el gas que no se venda a los argentinos iría al mercado de Brasil.
Pero se deberá recordar que el precio más alto en promedio de 10 dólares por millón de BTU de gas, lo tiene Argentina y no tanto Brasil.
Romero califica la situación como complicada, debido al ingreso de Vaca Muerta al mercado del gas de la región, con posibilidades de exportar a países vecinos.
El economista opina que la inversión privada será necesaria para revertir la situación, acompañada de una nueva Ley de Hidrocarburos, cuya opción también ya fue señalada por el Ministro de Hidrocarburos en la Rendición de Cuentas, pero parece que el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos va en otra dirección.
“Bolivia seguirá produciendo gas natural, lo que pasa es que desde el 2029, más o menos, no podrá producir todo lo que demanda el mercado interno y tendrá que importar. Estimo que entre 2 y 3 millones de metros cúbicos por día”, sostuvo Romero a tiempo de indicar que ahora todo esto es ceteris paribus, es decir, manteniendo las condiciones actuales.
“Sin descubrimientos de yacimientos de magnitud, que se mantenga el crecimiento de la demanda del mercado interno, matriz basada en combustibles fósiles y alta dependencia eléctrica a la explotación de gas», cuyas situaciones deberán cambiar de lo contrario existe la posibilidad de importar gas.
Caída
La caída de la producción de gas está en alrededor de 35% de 2012 a 2022, en los departamentos productores, pero en especial de Tarija, donde los megacampos ingresaron en un período de declinación.
Coincide con los analistas del sector de hidrocarburos, al indicar que la Ley sólo cosechó y no repuso las reservas, tampoco brinda información sobre las reservas con las que se cuenta, que ya tiene retraso de muchos años, a pesar que existe normativa para que se brinde cada año este dato.
Se estima que al dejar de vender a la Argentina se perdería 45% de las exportaciones, paralelamente en recursos fiscales, tanto en regalías como en el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
Recordó que la inversión, el gasto público y la política social están vinculados con la renta petrolera.
Hace unos meses atrás, el gobierno hacía campaña sobre el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, pues a raíz de esta medida recibió más de 50.000 millones de dólares; los economistas preguntaron dónde fue a parar tantos recursos, debido a que Bolivia no cambió en su matriz exportadora.
Romero asegura que desde el 2014 el modelo económico del gobierno, primario exportador, presentó fallas pues los ingresos por la venta de materias primas, hidrocarburos y minerales, cayeron, pero no bajó el gasto público, más bien todo lo contrario este fue en ascenso.
Lamentó que el modelo de gestión que maneja la actual administración del Estado apunte a mayor gasto, sin contar con los mismos, pues los déficits ya van por el décimo año consecutivo que registrará Bolivia.
El gobierno anunció ingresos por la producción de carbonato de litio con las nuevas tecnologías aprobadas y los convenios suscritos con dos empresas chinas y una rusa, así como por la puesta en marcha de la Planta Industrial de Carbonato de Litio, estiman una producción de más de 50.000 toneladas.
Al respecto, dijo que las alternativas que maneja el gobierno sobre la minería, en especial del litio, es a mediano plazo, además estamos a destiempo pues Chile lleva la delantera con inversión privada.
A eso se debe sumar el ingreso de nuevos proveedores en el mercado mundial del litio, y China toma la delantera con los convenios suscritos en Bolivia, será la encargada de la explotación del mineral estratégico para el cambio de matriz energética.
Si no se descubre nuevos pozos de gas hasta el 2028, se deberá importar gas para el mercado interno, por ello urge modificar la Ley de Hidrocarburos para atraer la inversión privada, para descubrir nuevos campos gasíferos y evitar pérdidas.
Litio
A finales de junio, Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) suscribió dos convenios con la empresa Uranium One Group, de Rusia, y la Citic Guoan, de China, para instalar dos complejos industriales de producción de carbonato de litio en salares de Pastos Grandes y Uyuni, en Potosí, con una inversión de 1.400 millones de dólares.
Cada uno de los complejos tendrá la capacidad de producir hasta 25.000 toneladas métricas por año, lo que sumará en total de 50.000 toneladas anuales de carbonato de litio.
Como se recordará, en enero la empresa Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un convenio con el consorcio chino CBC (conformado por las empresas CATL, BRUMP y CMOC) para implementar dos plantas industriales de carbonato de litio en los salares de Uyuni y Coipasa.
Bolivia no sólo importará gas, sino que reducirá ingresos para regiones
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