“Los dos principales asuntos que más les quita el sueño (a los bolivianos): la falta de trabajo y el alza de precios de la canasta básica”, señala una nota periodística, difundida hace poco (1).
Quienes tuvieron la oportunidad de asumir el Poder, en democracia, no tuvieron voluntad política para generar nuevos empleos, por el bien común. De ahí que la desesperanza, la frustración y la desilusión se apoderaron de la ciudadanía boliviana, en su mayoría. Ésta, lamentablemente, fue utilizada solamente para fines electorales. Pero sus problemas cotidianos no fueron solucionados, debidamente. Por consiguiente: el comercio informal ha crecido enormemente, pero no representa una fuente de trabajo digno, con salario mensual y seguridad social. Es una manera de supervivencia, nada más.
Los partidos tradicionales y los emergentes, ofrecerán, posiblemente, con miras al futuro, la creación de nuevos empleos, pero “de boca para afuera”. Solo con el afán de sumar adherentes, pues, una vez instalados en el Poder, esto se ha visto siempre, se olvidan de sus promesas y, por lo tanto, incumplen su palabra empeñada ante la ciudadanía. El afán de perpetuarse en el sillón presidencial, los hizo enloquecer en muchos casos. Tal tema siempre estuvo en el debate político.
Mientras, los nuevos ricos, que amasaron fortuna aprovechando la potabilidad democrática, se pasean orondos entre las personas necesitadas. Tienen de sobra, porque como servidores públicos perciben “jugosos haberes”. Inclusive cuando se acogieron a la jubilación. Pero jamás han compartido sus salarios con gente desposeída. Y dicen trabajar por los pobres. Es una mentira del tamaño de la Casa del Pueblo.
El virus chino ha sido, indudablemente, un flagelo que ha provocado la caída del empleo en Bolivia. “Generar incentivos para generar empleos, ya que por efecto de la pandemia se perdieron miles de fuentes de trabajo”, dijo, a fines de 2020, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Rolando Kempff. Más adelante expresó que “en el país existían 400.000 personas desempleadas” (2).
El desempleo es un tema recurrente que preocupa, en particular, al ciudadano de a pie, más cuando se observa el incremento constante del costo de la canasta familiar. El ciudadano común se aflige cuando no tiene los medios suficientes para adquirir los alimentos más esenciales, para costear, asimismo, la educación de sus hijos o cuidar la salud de su entorno familiar. Es obligado, inclusive, a hacer filas, desde horas de la madrugada, para obtener una ficha, de consulta en nosocomios públicos. Por lo visto, el sistema de salud pública tiene muchas falencias y no está en condiciones para prestar buenos servicios a los sectores más vulnerables.
En suma: es imperioso extremar esfuerzos por el bienestar social.
NOTAS
(1) “OMG: A 7 de cada 10 bolivianos, les preocupa el desempleo y alza de precios de la canasta básica”. EL DIARIO, 7 de junio de 2023.
(2) “Empleos, formalización y créditos son prioridades para reactivar la economía”. EL DIARIO, 18 de diciembre de 2020.