¿Guerra sin fin?

Conforme pasa el tiempo, aumenta la decepción en la humanidad por la ausencia de principios que propicien la unidad. Siempre se requiere condiciones para que reine la comprensión entre los pueblos, ya que algunos tienden a desaparecer porque cada cierto tiempo surgen problemas que los llevan a enfrentamientos bélicos que traen más que nada dolor y destrucción para sus habitantes. Lo peor es que cuando comienzan las guerras, aparecen las carencias de todo tipo y los recursos económicos son destinados a la compra de armamento.
No se toma en cuenta que las luchas entre naciones por límites territoriales o por hegemonía, afectan nobles sentimientos, normas y principios de seres humanos, causando más desunión, discordia y resentimientos. Sin embargo, la concordia debería ser indispensable para que la humanidad logre mejorar las condiciones de vida de millones de habitantes, muchos de los cuales viven agobiados por la pobreza.
Mientras tanto, las potencias del mundo, parecería que no tienen interés en detener las guerras que en pleno Siglo XXI todavía persisten, causando enorme daño a pueblos enemistados, quedando sitios devastados y familias destruidas. Es el caso de la reciente invasión de Rusia a Ucrania, conflicto que no termina porque están involucradas dos corrientes políticas rivales con suficiente poder para iniciar otra guerra mundial y ninguna quiere ceder en aras de hallar soluciones y resguardar la paz mundial.
Por otra parte, llama la atención que habiendo organismos internacionales que agrupan a muchas naciones, no hayan desempeñado un papel decisivo para dilucidar este conflicto, así como muchos otros que causan división y condiciones paupérrimas de vida. Por todo lo mencionado, se necesita crear o fortalecer organismos de carácter internacional que prevengan la aparición de enfrentamientos entre países y diluciden los que hasta ahora están vigentes, tomando en cuenta, principalmente, que la humanidad necesita acciones mancomunadas para enfrentar otros problemas tan importantes como propiciar el desarrollo de las naciones menos favorecidas, a fin de evitar que millones de ciudadanos se vean obligados a emigrar en busca de medios de sustento.
En cualquier caso, es urgente evitar más muertes y daños materiales a las poblaciones que entran en guerra, cuyos ganadores son principalmente los fabricantes de armas. Por el contrario, países de todos los continentes tienen que buscar acciones conjuntas para salir del subdesarrollo y sacar de la pobreza a numerosos sectores sociales que esperan una mejor vida y no abandonar sus lugares de origen. Mientras no haya este cambio, ¿hasta cuándo este modo de vida que más parece destinado a encontrar la muerte? ¿Hasta cuándo la soberbia y la intransigencia serán reglas de vida entre quienes debe reinar la comprensión y vivir en paz?
El mundo tiene condiciones para hacer felices a todos sus habitantes; sin embargo, se hace lo posible por crear división, odio y discordia, quedando condenadas varias naciones a la guerra sin fin, portadora solo de sufrimiento.