miércoles, septiembre 4, 2024
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Cuidar la democracia es tarea de todos

Generalmente, cuando surgen exigencias de grupos sociales con amenazas de huelgas, paros y otras medidas extremas que se profiere en contra del país, desde la población salen pedidos para que las autoridades apliquen con urgencia medidas rigurosas, con tal de recuperar la tranquilidad y evitar situaciones que pongan en riesgo hasta la seguridad y vida de niños, mujeres y adultos mayores. Sin embargo, aun rechazando esas condiciones de zozobra, la mayoría de los bolivianos manifiesta su preferencia por la vigencia del sistema democrático.
No se puede negar que, desde octubre de l982, cuando fue restablecida la democracia en nuestro país, se ha tomado conciencia de que es muy importante mantenerla incólume, así como se tiene noción clara del deber y derecho que tienen todos los sectores sociales para que siga vigente la democracia como forma de gobierno, por no existir otro sistema para lograr que sean respetados los derechos humanos a favor del pueblo, la vigencia institucional y el imperio del Derecho (vigencia de la Constitución y las leyes). Es el único medio para impedir la imposición por la fuerza, el poder y la contundencia de un régimen arbitrario.
Es un deber sostener la democracia porque ella es propiedad de los ciudadanos, es un bien que beneficia a todos y su vigencia hace posible vivir bajo reglas institucionales, acatando lo que establecen la Constitución Política y las leyes. Este derecho, al ser propiedad particular de cada ciudadano, es un bien que merece ser preservado, libre de todo peligro o circunstancia adversa que impida su vigencia permanente.
La vigencia democrática tiene que dar lugar al funcionamiento correcto de todas las instituciones del país, por ejemplo, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional tienen el deber de cuidar y preservar el sistema democrático, para mantener libre de todo peligro al pueblo. Por ser instituciones de servicio al bien común, es indispensable que siempre queden al margen de toda influencia político partidista y de cualesquiera intereses económicos, sociales de personas o grupos influyentes.
Si la democracia es la primera institución que tiene vigencia en toda la nación, es un deber y derecho ineludible resguardarla ante todo peligro o concomitancia con cualquier ideología partidaria del desorden y la intranquilidad. Fortalecer la democracia y mantener su vigencia es cuidar la seguridad de la colectividad y la primacía de la Constitución y las leyes que rigen la vida institucional del país.
Sin embargo, actualmente la ciudadanía observa muchos atentados contra el sistema democrático, como la toma de instituciones por la fuerza, avasallamientos a propiedad privada, deterioro alarmante de la administración de justicia y muchas otras anormalidades que implican riesgos para la tranquilidad pública. Por todo ello, se espera que las autoridades nacionales actúen decididamente para no permitir más actitudes que ponen en entredicho la vigencia de la democracia, así como el ordenamiento legal.

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