Según el Banco Central de Bolivia, la escasez de dólares es parte de una conspiración mediática alimentada por pseudo analistas y sus voceros políticos, con el objetivo de desestabilizar la increíble estabilidad económica, de esta isla continental llamada Bolivia.
“Los datos consignados durante los primeros cuatro meses de este año, muestran que el país ha logrado superar satisfactoriamente el proceso especulativo alimentado por analistas y voceros políticos, que fue difundido en redes sociales y reproducido por algunos medios de comunicación y que intentó alarmar a la población”, señala un boletín de prensa del BCB, publicado el pasado 6 de julio bajo el titular “Al primer cuatrimestre, las reservas internacionales se mantienen en niveles estables pese a los ataques especulativos”.
Lo que no dice ese boletín del BCB es que la información brindada, indicando que las Reservas Internacionales Netas (RIN) al 30 de abril de 2023 alcanzan a $us 3.158 millones, antes se realizaba semanalmente y el mismo ya tiene un retraso de más de dos meses y medio, lo que significa que en este momento seguramente ya ha variado considerablemente y tomando en cuenta la situación de falta de dólares en el país (que también es negado por el BCB, pero admitido por la ASFI), ha tenido una baja importante.
Lo grave es que el BCB anuncia que los reportes sobre las RIN serán presentados cada cuatro meses ante la Asamblea legislativa, como se establece en el Art. 9 Parágrafo IV de la Ley 1503, de Compra de Oro Destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales, y que en realidad refiere a la compra de ese metal precioso y no precisamente a las RIN. El BCB se escuda en la ley del Oro para esconder la realidad respecto a las reservas en dólares y la falta de ellos en el mercado.
Por otro lado, los bancos del país han emitido comunicados informando que ha incrementado las comisiones por transferencias y por retiro de dinero en cajeros automáticos del exterior entre un 8% hasta un 15%, dependiendo de la entidad financiera. Al respecto, de inmediato la ASFI salió a justificar groseramente esos incrementos señalando que se deben al contexto internacional derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania y que no es una decisión de los bancos en Bolivia, como tampoco puede atribuirse a la escasez de dólares en el país.
Sin embargo, los bancos han señalado extraoficialmente que deben comprar los dólares a Bs 7,40, en un mercado paralelo, pero deben venderlos con la cotización oficial, es decir a Bs 6,96, situación que los afecta económicamente, es por ello que deben nivelar la diferencia con el incremento de los porcentajes de comisión, en especial a través del uso de tarjetas en el exterior. Si los bancos deben conseguir los dólares, que no les provee el BCB, a Bs 7,40, por más que se diga lo contrario, se puede inferir que en el país ya se ha establecido un mercado paralelo de la moneda estadounidense, o un mercado blue, el famoso dólar blue (dólar que se opera sin control del BCB y que su cotización no pasa por un mercado formal, que cotiza de acuerdo con la oferta y demanda).
Si por cada $us 100 extraídos en cajeros en el exterior el usuario debe pagar un promedio de $us 10 dólares de comisiones (10% de comisión por el uso de tarjetas en el exterior), significa que esos 100 dólares (110 en realidad) tiene un costo de Bs 7,65 la unidad. Así es, cada dólar gastado en el exterior del país a través de una tarjeta de crédito o de débito le cuesta Bs 7,65 al cliente bancario; Bs 0, 69 más alto que la cotización oficial fijada por el BCB de Bs 6,96.
Por lo tanto, que el BCB emita comunicados señalando “ha superado satisfactoriamente el proceso especulativo”, respecto al dólar es mentira; toda vez que en el país se ha instalado un mercado paralelo del dólar, en el cual se comercializa el “dólar blue” y es el que se va imponiendo en el mercado, más aún entre los importadores y exportadores nacionales.
Centa Rek, Senadora por Santa Cruz.