Australia vivió la peor pesadilla para un anfitrión de Copa del Mundo: perder ante su afición. La debacle fue obra de Nigeria, una selección que llegó al Suncorp Stadium con la etiqueta de equipo desfavorecido, pero en los hechos dejó patente el orgullo que caracteriza al futbol africano. Las de casa todavía no pudieron contar con Sam Kerr, su estrella que milita en el Chelsea, aquejada por una lesión. Pero los roles eran claros: llegaban como favoritas.
Y parecía que, al final del primer tiempo, podían validar esa hipótesis con el tanto anotado por Emily Van Egmond. Su disparo fue tenue, pero consiguió la suficiente colocación para alejar el balón del alcance de la portera Tochukwu Oluehi. Parecía el respaldo necesario para el momento apremiante que estaban viviendo en el partido, sabedoras de que necesitaban ganar el encuentro para asegurar el boleto a los Octavos de Final.
Nigeria encontró el empate por obra de Uchenna Kanu, jugadora de Tigres, que aprovechó el centro de Rasheedat Ajibade para rematar y superar a la portera Mackenzie Arnold. Su gol fue un bálsamo de tranquilidad en el momento más difícil para Nigeria en el encuentro.
Y en el segundo tiempo todo explotó. Un cobro de tiro de esquina entregó el dramatismo necesario que todo marcador sorpresivo reclama. El recentro de Ajibade encontró receptora en Osinachi Ohale, que remató de cabeza para empujar el balón. A los 65 minutos, Nigeria podía presumir de la victoria.
Y pasaron cinco minutos para que esa ventaja se viera aumentada. Kennedy terminó por descolocar a su compañera y cederle el balón a Asisat Oshoala, que había entrado de cambio y, con su frescura, aprovechó la desconcentración defensiva para firmar el 3-1 que hizo estallar de júbilo a todo un país. Kennedy, que enmendó así su error del tercer gol en contra, puso el 2-3, resultado final de un partido emocionante.
ERWIN QUISPE PERCA