miércoles, septiembre 4, 2024
InicioSeccionesOpiniónDe militancia democrática

De militancia democrática

El pueblo boliviano, en su mayoría, es de espíritu, convicción y militancia democrática, probada en el proceso político nacional. Es partidario de una democracia sin indicios de autoritarismo, que permita alternabilidad en el Poder. Actitud que fue ratificada en diferentes circunstancias. Jamás, que sepamos, ha soportado a quienes pretendían supeditar la democracia, reconquistada con sangre y dolor, hace más de 40 años, a intereses particulares, sectarios o partidarios.
Tampoco a los déspotas que intentaron manejar a su gusto el destino del país. “Donde la libertad –según Constant– puede ser suprimida a los ciudadanos sin que la autoridad se digne a explicar sus motivos y sin que se pueda reclamar su conocimiento” (1). “Recuérdese – señala otro autor– que por despotismo siempre se entendió, por lo menos desde Aristóteles en adelante, la forma de gobierno en la que el gobernante impera sobre sus súbditos como el amo sobre los esclavos, o con la expresión acuñada por Maquiavelo “para uno príncipe, y todos los demás siervos” como en Turquía 1513” (2).
El pueblo es adversario de quienes amedrentaron, persiguieron y encarcelaron a las personas que pensaban diferente. Pruebas al respecto abundan en el mundo.
“La voz del pueblo, es la voz de Dios”, por lo que siempre demandará, en todo tiempo y bajo cualquier régimen gubernamental, el respeto a la libertad, con prioridad. Se identificará, asimismo, con quienes sustentaron la verdad ante la historia y los hombres. Condenará a los omnipotentes, que, hoy como ayer, conculcaron las libertades ciudadanas, sin medir consecuencias.
Los bolivianos, no tuvieron ni tendrán el alma de esclavos. Por esa razón, desde el oriente y occidente, se pronunciaron a favor de la libertad. De ella que fue obtenida hace aproximadamente 200 años, por los manes de la Patria. Son amantes de la libertad de expresión. En ese contexto cuestionaron y condenaron el acoso a los medios periodísticos independientes, provocando, inclusive, el cierre de sus puertas. Esta fue una señal autoritaria, en democracia.
En dictadura surgieron los “salvadores” y en democracia los que creen ser “enviados”. Ambos, con pocas excepciones, atropellaron a la ciudadanía, con argucias alejadas de la verdad histórica, solo con el afán de perpetuarse en el Poder. Es un hecho recurrente en nuestro medio político. De ahí que siempre estuvo en vilo la libertad de acción, de pensamiento y de creencia.
En suma: los políticos, de cualquier tendencia, deberían estar al servicio exclusivo de los supremos intereses nacionales y no al servicio de pequeños y mezquinos intereses.

NOTAS
(1) Manuel Ossorio: “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales”. Editorial Heliasta, páginas 339 y 340.
(2) Norberto Bobbio: “Estado, Gobierno y Sociedad” – Por una teoría general de la Política. Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A. de C. V. (IEPSA), México, octubre de 2004. Pág. 169.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES