Daniel Navajas Orellana
Parte I
El tiempo va pasando, y desde el año de la pandemia ya transcurrieron dos gestiones y un poco más. Es un tiempo en el que la humanidad tuvo que detener o inclusive cerrar actividades o industrias a nivel mundial.
Y desde luego, la industria de la aviación no fue la excepción. Fue una de las más golpeadas por la pandemia del COVID-19, que ahora está emergiendo con renovada esperanza y, desde luego, los aeropuertos fueron afectados en sus ingresos económicos, proyecciones y sus inversiones en infraestructura.
Según las previsiones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la industria aérea será rentable en 2023 por primera vez desde 2019, proyectando un beneficio neto de 4.700 millones de dólares con más de 4.000 millones de pasajeros transportados.
Sin embargo, el camino hacia la recuperación presenta desafíos significativos, incluyendo las restricciones de viajes en China, el precio del petróleo y posibles problemas en el aprovisionamiento de repuestos.
Por ejemplo, en España, el resurgimiento está siendo liderado por las aerolíneas de bajo coste que a pesar de un volumen de pasajeros todavía un 11,5% inferior al del año 2019, la tendencia al alza no descarta que este año se recupere el volumen de pasajeros pre-pandemia. Compañías como Ryanair, Eurowings, Binter Canarias, Wizz Air y Volotea han superado ya sus estadísticas de 2019, superando la crisis sanitaria con fuerza.
AENA, el gestor aeroportuario español, tiene previsiones optimistas para el futuro. Si la recuperación se confirma y se logra superar los datos de 2019 en este año, AENA podría avanzar a previsiones más optimistas, viendo posible superar los datos de la crisis sanitaria el 2024 y llegar a 275 millones de pasajeros en un año.
Por ejemplo, con diferentes políticas de gestión y administración aeroportuaria, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas operado por AENA, se posesionó como el quinceavo Aeropuerto del Mundo en el año 2022 de acuerdo con el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).
De igual manera, en nuestra región América Latina, está mostrando signos sólidos de recuperación después de la pandemia de COVID-19. A pesar de no recibir ayuda directa de sus respectivos gobiernos durante la crisis, las aerolíneas están encontrando formas de sobrevivir y prosperar.