martes, julio 23, 2024
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“Saxoman” y su familia apelan a la solidaridad de bolivianos

La solidaridad es una característica de todos los bolivianos y es a esta, a la que la familia de Américo Estevez más conocido como “Saxoman” y de sus hijos “Los Casanovas”, apelan para que los apoyen debido a que “el pilar” de su hogar, pareja de vida y madre de dos jóvenes, Nelly Ojopi Pinto, está postrada en la cama de un hospital paceño aquejada por una complicación en su salud y necesita ayuda de la ciudadanía.
Asiste con prisa a los músicos agotados por varias horas de insuflar aire en los bronces de los saxofones. Tiene una botella de agua a mano, o caramelos para devolver las energías al agotado esposo y los hijos convertidos en líderes de la banda musical callejera animadora de una comparsa de festivos danzarines en un pueblo lejano.
Es Nelly Ojopi Pinto (Magdalena, Beni, 1967), la mujer detrás de la fama artística de Américo Estevez (“Saxoman”) y sus hijos David y Gabriel, “Los Casanovas”.
Mientras Américo, conocido en La Paz por su nombre artístico “Saxoman”, repasa canciones populares acompañado de una pista musical de fondo, en los mediodías de intenso sol en las calles paceñas, con una gorra extendida como invitación a la generosidad monetaria de la gente, Ojopi acompaña silenciosa y de pie a prudente distancia.
Pasa desapercibida porque Américo es el ‘showman’, el saxofonista heredero de una familia dedicada a la música popular y que puede improvisar melodías, acompañar a cantantes de experiencia, adaptarse a las escalas de las canciones o simplemente improvisar melodías del rock and roll, de rodillas o tendido de espaldas. El aplauso es su premio.
De fino sazón en la cocina para preparar un exquisito ají de fideos y arvejas, o un humilde refresco de duraznos secos, la valiente mujer desafía a las carencias con otra habilidad manual: las confecciones.
En medio de una encendida disputa de los músicos, su serenidad y alma materna concilió esas disputas que rompen las formas de convivencia familiar, escondiendo la tristeza y lágrimas siguió guiando al ‘clan’ para que la música continúe.
La fama, las luces, la música y los ambientes festivos que rodean a “Los Casanovas”, no serían posible sin ella armonizando tiempos, diferencias, ideas y preparando el vestuario de lentejuelas y fantasías de sus artistas del hogar.
Hoy, está postrada en una cama de un hospital municipal y con ello el motor que impulsa a una familia de músicos hace una pausa, a la espera de la solidaridad de las personas que no la conocen o la ven hoy por los carteles preparados con urgencia por los hijos para solicitar una donación. Para más información y ayuda puede llamar al: 75876200. @franzchavez.

 

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