viernes, julio 26, 2024
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Esperan que discurso presidencial dé medidas para frenar crisis económica

A dos días de cumplir un nuevo aniversario de la creación de Bolivia, la población espera un discurso pacificador, esperanzador y dé medidas para no profundizar la crisis económica del país. «Estabilidad, crecimiento, certidumbre y empleos dignos quieren los bolivianos», asegura el gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), Gary Rodríguez en contacto con la prensa.
El último informe de la Fundación Milenio sobre la economía boliviana muestra un panorama poco alentador, cuyos indicadores pueden agravar la situación de no asumir medidas correctivas y dejar atrás el discurso político.
EL 2022 Bolivia registró una balanza comercial positiva de un poco más de 600 millones de dólares, pero en el primer trimestre de 2023 la situación fue todo lo contrario, pues el comercio mostró indicadores negativos, pero si bien en abril se recuperó, en mayo nuevamente se observaron cifras negativas.
A eso hay que sumar la caída de la producción de gas, que según el último dato de las autoridades del sector hidrocarburos habría llegado a 36 millones de metros cúbicos día (MMmcd) y esperan estabilizarlo en 30 MMmcd.
Ante la proximidad del día del nacimiento de la patria, Rodríguez expresó lo que quieren los bolivianos: estabilidad, crecimiento, empleos dignos y certidumbre, además de unidad en la diversidad.
Rodríguez en su artículo de opinión titulado “De cara al Mensaje Presidencial del 6 de Agosto…”, señala que el mundo vive una situación de incertidumbre, con una inflación generalizada y amenazas de recesión a nivel global; una dolorosa guerra entre Rusia y Ucrania cobra vidas y complica a la economía mundial en diferentes ámbitos; varios bancos han quebrado en diferentes partes del planeta y las potencias económicas no crecen como antes, lo cual impacta sobre el comercio exterior y las finanzas internacionales, generando un entorno adverso con tasas de interés en alza y precios de las materias primas a la baja.
«(…) Bolivia no está al margen de lo que pasa en el mundo, pero, además, tiene sus propias dificultades. Si bien la inflación es baja -del 0,8% al primer semestre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)- nada garantiza que sino se soluciona a cortísimo plazo la relativa escasez del dólar que se viene dando desde marzo, ello no vaya a causar un proceso inflacionario más adelante, lo que deberíamos evitar a toda costa para salvaguardar la estabilidad, considerada un patrimonio nacional», apuntó.
El experto en comercio exterior espera escuchar un mensaje de fe en ese sentido, es decir, en trabajar juntos con todos los bolivianos, así como el sector privado y público, debido a que hay una agenda amplia para llevar al país hacia adelante, para ello se requiere combatir la corrupción, el narcotráfico y el contrabando, así como acabar con los bloqueos, los avasallamientos, que sólo frenan el desarrollo del país.

Hidrocarburos
A esa falta de dólares, se suma la caída de los megacampos productores de gas, así como la devolución de los campos por las transnacionales petroleras, que sólo muestran una crisis en el sector, que será difícil avanzar en la solución en el mediano plazo.
El pasado mes, el director Ejecutivo de la Fundación Milenio Henry Oporto, afirmó que la devolución de campos hidrocarburíferos y la incapacidad para cumplir el contrato con la Argentina en 2024, muestran una vez más la grave crisis del sector, que arriesga la seguridad energética y acrecienta la amenaza de tener que importar en el futuro gas natural para atender la demanda interna.
El economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, en reiteradas oportunidades dijo que el gas se hizo gas, que el 2022 Bolivia pasó de exportador a un importador, por el aumento del valor en la compra de combustibles más que la venta del gas.
En 2022, el sector de hidrocarburos en Bolivia se contrajo 8,4% a pesar del alza de los precios de exportación y este año Bolivia importó combustibles por valor de 4.407 millones de dólares, mientras que las ventas de gas al exterior fueron de 3.089 millones, según Milenio.
Oporto recordó que la empresa española Repsol devolvió a YPFB los campos Mamoré y Surubí, luego que Petrobras hiciera lo mismo con los de Caranda y Colpa; Shell lo de Escondido y La Vertiente, y Pluspetrol con los de Bermejo. Asimismo, se informó que la estatal había notificado a la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía de Argentina que Bolivia no garantiza los despachos de gas natural al país desde 2024.
Argentina ya tomó partido y acelera la distribución del Vaca Muerta y reemplazar el gas boliviano, más bien está interesado en usar los gasoductos para llevar el energético al mercado de Brasil.

Crecimiento
El Gobierno fijó un crecimiento de 4,86% del Producto Interno Bruto (PIB) para la presente gestión, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) 1,8% y el Banco Mundial casi 3%. Pero llegar a la meta dependerá de las políticas públicas que se lleven adelante y se haga con el sector privado, de lo contrario la situación podría empeorar, reflexionó Rodríguez.
Por otra parte, Milenio señala que el déficit fiscal persistente y una política monetaria subordinada a la política fiscal son las causas principales para la pérdida de divisas y, por tanto, para la inestabilidad cambiaria, que emerge como un problema macroeconómico de primer orden.
El déficit fiscal es resultado de un abultado gasto del gobierno, parte del cual se destina a financiar el subsidio a los combustibles, que, en 2022, alcanzó la cifra aproximada de 1.700 millones de dólares, equivalente al 3,8% del PIB. Dadas estas condiciones, sostener el ritmo de crecimiento de las importaciones en 2023 (más de 1.000 millones de dólares por mes), será difícil debido a la escasez de divisas.
Entretanto, el resultado operativo de las empresas estatales ha continuado su trayectoria descendente desde 2020. El saldo negativo agregado de las empresas públicas en 2022 refleja la situación crítica de varias empresas estatales: algunas operando a pérdida; otras que carecen de mercado para sus productos o no disponen de insumos suficientes; y la mayoría con serios problemas de gobernanza empresarial.
Urge un análisis caso por caso para determinar que empresas son inviables económicamente y proceder a su cierre o venta. Está es una tarea complicada pero insoslayable dentro de un necesario ajuste en las cuentas fiscales.
Mientras la deuda externa e interna van en aumento y la total suma 86% del PIB; pero siguen en la Asamblea Legislativa tratamiento de más créditos, que no son dirigidos en su totalidad a la inversión pública sino al gasto corriente, denunciaron legisladores de oposición.

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