viernes, julio 26, 2024
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GASTÓN, ICÓNO de ‘EL AVIADOR’

En el siglo pasado, un 24 de noviembre de 1949, cuando medio centenar de trabajadores de la desaparecida línea Lloyd Aéreo Boliviano decidieron crear un club deportivo y cultural en su sede central que era Cochabamba, jamás imaginaron que su inquietud recreativa se convertiría en un símbolo del fútbol nacional.
Dado el crecimiento desmesurado de aquel club, producto de la buena administración y honestidad de sus ejemplares precursores, muy pronto esa semilla creció imponente. El sentido de pertenencia de los cochabambinos a la casaca roja y azul obligó a que se glorifique en su inscripción el nombre del primer piloto civil de Bolivia: el también cochabambino Jorge Wilstermann, orgullo de la aviación boliviana, quien además cumplió su misión con abnegación y plausible constancia durante la Guerra del Chaco.
Por esta histórica razón es el denominativo irremplazable para Wilstermann: “el aviador”.
Después de su fundación este club escaló prontamente a la primera división del fútbol nacional y al paso de 74 años adornó 15 veces con laureles de campeón, su tradicional escudo y ocho como subcampeón, además de detentar hasta hoy, el récord de ser el primer y único equipo del fútbol boliviano en lograr un tetracampeonato.
Esta parte de la historia la conoce con exactitud todo ciudadano que se precie de ser buen cochabambino y con seguridad, inspiró a miles de niños y jóvenes que nacieron en la “Llajta”.
El fútbol, en su inmensa generosidad, hace que los sueños sean realidad y uno de esos soñadores, también con abnegación y plausible constancia (al igual que el aviador Wilstermann), logró constituirse en otro ícono de la “rojo y azul”: él es Gastón Alberto Taborga Gumucio, nuestro entrevistado.
“Para mí, Wilstermann siempre ha sido lo máximo, ahí me he formado, ahí he debutado como futbolista profesional, he salido campeón y he sido muy feliz (…)”, comienza su relato quien considera que tuvo una infancia muy tranquila y adecuada.
“Aunque pasé mis primeros años de vida en Santa Cruz, por razones de trabajo de mi padre; siempre tuve el fútbol y Wilster metido en mi cabeza. Yo jugaba en todo lado; en mi colegio, en mi barrio durante las vacaciones. Creo que el fútbol fue mi pasión desde niño”, remarca Taborga.
Debutó con la camiseta de Wilstermann con solo 15 años, en un encuentro oficial con el primer equipo, el 22 de febrero de 1976, frente a Petrolero.
“Empecé a jugar en la categoría juveniles, esa época nos dirigía don Raúl Pino; fue una experiencia inolvidable”, recuerda.
Gastón pronto se convirtió en titular, y vistió la casaca número 10, ganando el nombramiento de capitán del equipo.
Su surgimiento coincidió con la tercera época de oro del Club (periodo de tiempo comprendido entre 1980 – 1982). En febrero de 1980, se posesionó la nueva directiva a la cabeza de Alfredo Salazar, quien reforzó el plantel con la llegada del brasileño mundialista Jairzinho, con los bolivianos Juan Carlos Trigo y Freddy Salguero. Para entonces, nuestro entrevistado ya era goleador.
La temporada de 1980 de la Liga empezó el domingo 11 de mayo con una victoria en Potosí por 2 a 1 frente a Independiente Unificada. Ocho meses más tarde, el domingo 16 de noviembre, tras derrotar a The Strongest por 1 a 0, Wilstermann conquistaba nuevamente- tras siete años- el título nacional. Jair Ventura hizo 17 goles, Gastón Taborga 16.
En 1981 el club obtuvo el bicampeonato, y se convirtió en el primer equipo boliviano en pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores de América.
“Tuve muchos instantes trascendentales en mi carrera deportiva. Uno de los más importantes fue la definición que tuvimos por el título en La Paz, contra Blooming en el año 1981 y yo hice el gol del triunfo. Fuimos bicampeones”, rememora y continúa…
“entonces vi que mi sueño de niño se hizo realidad”, afirma con la voz pausada y la mirada iluminada.
En 1983 fue incluido en la lista para la Copa América en la Selección Boliviana de Fútbol, pero no participó a causa de un infortunio.
“Lamentablemente me rompí el tobillo en un partido y algunos años tuve que cargar con esa lesión”, lamenta.
Su fortaleza y deseos de recuperar, muy pronto, nuevamente lo pusieron en las primeras planas de los suplementos deportivos.
De esa época de su vida, evoca con marcado cariño al Club Blooming de Santa Cruz, cuadro del que defendió la casaca en 1984 y con el que obtuvo otra corona nacional.
“Blooming también me abrió las puertas, cómo no voy a querer y respetar a esta entidad cruceña donde pasé hermosos momentos”, asegura.
Un año después retornó en calidad de préstamo al equipo de sus amores, por una temporada, en 1986 volvió a Blooming…luego Wilstermann… “Fue un ir y venir entre las dos instituciones de mi vida” (sonríe)
Nito Veiga, seleccionador de Bolivia, decidió- acertadamente- convocarlo para la Copa América 1987, donde aportó de forma fundamental.
En 1990 retornó a Wilstermann, finalizando su carrera en 1995.
“Tuve una lesión en el talón de Aquiles, lo que me obligó a dejar de jugar a los 35 años”, puntualiza.
En el 2011, después de realizar estudios para entrenador, dirigió al club Aurora y hasta nuestros días es un hincha activo de Wilstermann además de haber estrenado hace pocos meses, una escuela de fútbol que lleva su nombre y que de a poco gana prestigio en Cochabamba.
“El deseo más grande que tengo es que Wilster pueda salir de esta etapa difícil que está atravesando; sé que es muy dura porque las deudas son grandísimas, la situación es muy difícil, (pero) yo sé que el slogan ‘la gente lo salva´ es lo que va a primar… ojalá Dios quiera”, sentencia.
Taborga es un ser humano muy tranquilo, amable e inteligente. Ejemplar hombre de familia hace 28 años, cariñoso esposo y padre. Su modestia y humildad lo caracterizan al haber cosechado la grandeza de espíritu y valores morales que le inculcaron sus padres. Es muy amable pero exacto para especificar su vida. Se autodefine como colaborador de los jóvenes e incansable luchador por sus seres queridos.
“Estoy casado felizmente con Rosario Vargas, tenemos un hijo muy inteligente y exitoso, además de contar con la dicha de conservar a mi madre amada que ya completó los 90 años y está muy sana”, acentúa de manera muy emocionada.
Gastón afirma finalmente que lo mejor que le dejó el fútbol es el cariño de la hinchada que hasta hoy lo recuerda y le agradece por ser un ícono viviente del gran club Wilstermann y del fútbol cochabambino.

‘Lo mejor que me dejó el fútbol fue el cariño de la hinchada’

FICHA
Nombre: Gastón Alberto Taborga Gumucio
Lugar de nacimiento: Cochabamba
Fecha de Nacimiento: 11 de noviembre de 1960
Lugar de radicatoria actual: Cochabamba
Ocupación actual: Jubilado y formador de futbolistas
Familia: Rosario Vargas (esposa), Gastón (hijo), Cristina Gumucio (madre), Patricia, Jimena, Álvaro (hermanos)

GHILKA SANABRIA

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