lunes, julio 8, 2024
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Inversión llega Bs 2.500 millones en agua y riego

Desde el año 2021, el Gobierno destinó más de 2.500 millones de bolivianos en proyectos de riego y agua en los diferentes municipios del país, informó el viceministro de Recursos Hídricos, Eduardo Toromayo.
«Desde el 2021 invertimos más de 2.500 millones de bolivianos en proyectos de riego, represas, y de manejo integral de cuencas. En Chuquisaca, se ejecutaron más de 150 millones en obras de agua potable», informó en ocasión de los 198 años de independencia de Bolivia.
Anunció inversiones por 150 millones de dólares en sistemas de riego tecnificado en los nueve departamentos del país, a través del Programa Nacional de Riego Tecnificado con Enfoque de Cuenca.
Además de 500 millones de dólares en la implementación del Programa Nacional de Presas Resilientes, para la construcción de presas y represas, y garantizar el líquido elemento, tanto para consumo y la actividad productiva.
«Nuestro Ministerio sigue trabajando con ese firme compromiso de poder resguardar, de poder conservar y preservar nuestros recursos hídricos, sobre todo para garantizar agua para la agricultura, agua para el consumo humano, en ese entendido estamos formulando políticas, programas y proyectos para el uso eficiente de los recursos hídricos para todos los bolivianos y bolivianas», afirmó Toromayo.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, hasta fin de año se espera incrementar en un 30% más los sistemas de riego y pozos, para llegar entre 2024 y 2025 al 50% del total de los municipios con agua para consumo humano, ganado y producción agrícola.
Con riesgo se garantiza e incrementa el área de cultivos de hortalizas, tubérculos y raíces, granos andinos y camélidos, entre otros.
Hasta 2025 se invertirán Bs 7.000 millones en diferentes proyectos para el acceso de agua, semillas, plantines, ganado y tecnología destinados a mejorar la calidad de semillas, además se canalizará financiamiento para productores, entre otros, con el propósito de garantizar la producción y la seguridad alimentaria.
Sin embargo, los productores cada año sufren los efectos del cambio climático, como la sequía y tienen que ser remunerados por las pérdidas, por lo que la efectividad del programa está en duda. (El Diario y Abi).

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