Miguel Ángel Pablo Hidalgo Chávez
En nuestro país se desarrollan varias festividades, patronales o de diferente índole, en las cuales se permite el consumo de bebidas alcohólicas, donde la decisión de “hasta dónde consumir” es personal. Muchas veces el entorno impulsa a que el mismo no tenga límite, por lo que los bebedores se exponen a varios riesgos.
En el municipio de Sorata, en abril de 2023, en la madrugada se procedió a aprehender a 9 personas, a quienes se les encontró nueve celulares robados, pastillas para hacer dormir a sus víctimas, así como relojes, anillos, aretes, prendedores, dinero y otros. En el centro de salud, fueron atendidas tres personas por intoxicación, como consecuencia del consumo de sedantes. Al ser interrogados, los aprehendidos manifestaron haber ido a Sorata para cometer hechos delictivos en la fiesta patronal. Uno de sus modus operandi era dopar a sus víctimas cuando consumían bebidas alcohólicas. También se camuflaban entre los pobladores de esa localidad vistiendo ropa de una comparsa, como si fueran invitados o parte de la festividad.
El excesivo consumo de bebidas alcohólicas también genera conflictos de índole personal y familiar que, lamentablemente, terminan en la comisión de otros delitos, como lesiones graves en riñas y peleas, homicidios, accidentes de tránsito, feminicidios y hasta suicidios. Según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), cada persona consume una media de 8,9 litros de alcohol al año en Bolivia. Este consumo se sitúa por encima de la media de América Latina y el Caribe (8,4 litros per cápita por año). Por ello Bolivia ocupa el tercer puesto, debajo de Chile (9,6 litros) y Argentina (9,3 litros), señaló el informe internacional del pasado año.
Tales antecedentes revelan un alto riesgo de desintegración familiar o la penosa situación de enfrentar demandas penales, como resultado de alguna inconducta por excesivo consumo de bebidas alcohólicas o exponerse como víctima de delitos como violación, secuestro y robo.
Por ello es importante que las personas que deciden participar en diferentes festividades, agasajos, fiestas patronales, entre otros, se esfuercen por controlar no solo su nivel de consumo de bebidas alcohólicas, sino en lo posible evitar recibir otras bebidas de personas desconocidas, así como mantener el resguardo, control y seguridad de su grupo de amistad, a fin de no abandonar a sus amigos o amigas, para que no lleguen a ser presas fáciles de delincuentes. Finalmente, se debe denunciar o excluir de la fiesta a personas sospechosas que pretendan crear conflictos o estén en búsqueda de sus víctimas. Lo más aconsejable es evitar el ilimitado consumo de bebidas alcohólicas, porque puede ser causa de situaciones lamentables, en las que uno puede verse involucrado, sea como víctima o agresor. Todo hecho delictivo tiene consecuencias que repercuten en la persona, así como en el círculo familiar y social.