viernes, julio 5, 2024
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Un poco más sobre la procedencia del ser humano en Abya Yala

Por: Equipo editor

 

Por siglos Abya Yala pospuso su explicación sobre la procedencia del hombre en este continente, esta explicación contrastaría con las interpretaciones de los investigadores occidentales, quienes concebían y afirmaban que el origen del hombre era divino y que se había dado únicamente en Europa y no así en otro continente.

 

  1. Las teorías poblacionales

 

Con las teorías evolucionistas, se rastreó a los primero homínidos en África, pero estos eran solo prototipos no evolucionados semejantes a los monos.

 

Es en Europa finalmente donde el hombre desarrolló su evolución, para luego poblar las regiones de Asia y en algún momento migrar desde Europa a América, Oceanía e inclusive volver a las tierras que habían dejado en África.

 

Bajo esta concepción el hombre desarrolló la civilización en Europa, y bajo un sentimiento de superioridad, el colonizador se dirigió al resto del mundo para civilizar a los pueblos no europeos ya que estos no habían alcanzado el desarrollo cultural que Europa profesaba tener.

 

  1. Planteamiento autóctono

 

Los primeros investigadores americanistas al tratar de explicar el origen del hombre, plantearon teorías autóctonas con cierta influencia occidental. Esta influencia se dio a causa de su integración a la iglesia católica y por su participación activa en los círculos académicos universitarios.

 

Cabe destacar la amplia variedad de mitos y relatos que se esconden entre las culturas de Bolivia, que explican a su modo la manera en que el hombre primitivo empezó a poblar estas partes del mundo.

 

2.1 Adaptación bíblica

 

Se plantea la adaptación bíblica por los autóctonos creacionistas encabezados por Emeterio Villamil de Rada quien basándose en lecturas bíblicas, sostiene que los primeros humanos Adán y Eva fueron creados en Sorata, lugar que representaría el Edén bíblico, él explica que la hidrografía de la región era la descrita en el Génesis; el río San Cristóbal que atraviesa Sorata, se subdivide en su curso para encerrar una región montañosa, la cual tendría las características del paraíso.

 

2.2 Vida y expediciones

 

Emeterio Villamil inicia su viaje por el mundo en 1826, año en el que conoces a Lord Behring, quien lo ayudaría gracias a la fortuna que poseía. Lord Behring lo toma bajo su tutela llevándolo y haciéndolo estudiar en Londres, Francia, Roma, Viena, Bruselas y Polonia. En su recorrido por estos países Emeterio aprendió hasta 12 idiomas distintos (incluyendo latín, griego y sánscrito).

 

Vuelve a Bolivia luego de siete años y empieza a dictar clases de literatura en la recién creada UMSA. Por sus preferencias políticas fue exiliado a Perú donde se casó y un año después se va a la selva peruana, a indagar sobre la explotación de quina, descubriendo una variedad conocida como Kallisaya que trató de comercializar hacia Europa sin tener los resultados esperados.

 

Siguió su aventura en Estados Unidos (donde dirigió un periódico cuatrilingüe), México, Australia y Brasil Finalmente regresa a Bolivia donde es elegido diputado y preside la cámara baja en 1857, se va en comisión ha delimitar los límites de la frontera entre Brasil y Bolivia, ahí también aprovechó para aprender los idiomas de la región. En ese periodo intento realizar la exploración de oro en Tipuani, pero luego de su fracaso se marcha a Río de Janeiro en Brasil desde donde desarrollo una serie de textos, fundando un instituto de investigaciones antropológicas.

 

2.3 La Lengua de Adán

 

Emeterio Villamil es considerado el poligloto más desatacado de América y Bolivia pues se dice que hablaba entre doce a cuarenta idiomas, entre lenguas vivas y muertas. En 1880 llega a enviar un resumen de sus obras a Bolivia, con la intención de que lo financien e impriman sus libros; sin recibir respuesta del gobierno, se suicida arrojándose al mar de Río de Janeiro en ese mismo año.

 

El borrador del libro de Emeterio Villamil de Rada fue publicado por su amigo Nicolás Acosta en 1888, con el título de “La Lengua” de Adán, donde explica, respaldado por sus investigaciones que el idioma aymara es el idioma perfecto y que se habló en el edén; realiza una traducción aymara de los primeros seres humanos, cuyos nombres originales serían Jatha (semilla) = Adán y Jiwa (inicio de otro ciclo) = Eva.

 

Adán sería el inicio de una vida y Eva la transición a otra; dentro de la concepción aymara, el jiwaña es entendido como un cambio del ser y el estar, los entierros se realizaban a manera de celebración, con instrumentos propios como el alma pikillo. Sin embargo, jiwa también es la raíz de jiwaki que se traduce como la belleza más pura.

 

Luego realizó investigaciones arqueológicas y postuló la tesis de que la Torre de Babel se estaba construyendo en Tiwanaku, donde los restos arqueológicos serían los vestigios de la gran ciudad, también argumenta que el Monte de Ararat era el Morro en Arica.

 

  1. Adaptación evolucionista

 

El autoctonismo evolucionista agrupo a diversos investigadores, representado por Florentino Ameghino, sostiene que el hombre evolucionó de un homunculoide semejante a un simio en las pampas argentinas, para luego irradiarse al África, Asia y Europa; desde estos lugares, los hombres se extendieron por todo el mundo, dando continuidad a la teoría evolucionista de Darwin. Para Ameghino el hombre americano es oriundo de América del Sur, aparece específicamente en las Pampas Argentinas durante la era terciaria o cenozoica, hace más de dos millones de años.

 

3.1 Fundamentación

 

Según Florentino Ameghino, los seres humanos vivían en ciertos lugares planoangulados, al desplazarse hambrientos y errantes por la pampa Argentina, veían forzados a erguirse sobre sus extremidades posteriores para así explorar mejor el horizonte y ubicar sus alimentos, convirtiéndose paulatinamente en el llamado Homo Pampeanus (hombre de la pampa).

 

3.2 El Homus Pampeanus

 

Según Ameghino, los restos fósiles de su Homus Pampeanus los halló en estratos geológicos de la era Terciaria, cuestionando de este modo el origen cuaternario del hombre. Concluye que el hombre americano es autóctono de este continente por lo que América pasaría a ser, de este modo, la cuna del género humano. Sostuvo que del Homo Pampeanus descendía el Hombre de Neandertal, esgrimiendo la posibilidad de la existencia de Puentes Intercontinentales que intercomunicaba América con África.

 

3.3 Conclusiones de Ameghino

 

América fue el centro de otro proceso de evolución. En su obra “Antigüedad del Hombre en el Plata”, se refiere a restos óseos a los que consideró antecesores del hombre. En 1890 lanzó la teoría de que tales restos pertenecían a la época terciaria, y catorce años más tarde elaboró su cuadro Filogénico de la Humanidad, que la inicia con una especie de mono muy antiguo que llamó Prosimio Primitiva.

 

3.4 Debate académico

 

Ameghino hizo un llamado a los científicos del mundo para certificar o refutar sus teorías. Los sabios acudieron y mostraron su disconformidad, sobre todo Alex Hrdlicka alegando que los restos fósiles que usó Ameghino para construir su teoría eran de hombres de tiempos relativamente modernos y solo el fémur de Miramar tenía cierta antigüedad, no siendo la prueba suficiente como para corroborar su teoría.

 

3.5 Aportes contemporáneos

 

Mucho tiempo después, el antropólogo austriaco Arturo Posnansky, en su obra

“¿Es o no Oriundo el Hombre Americano en América?”, revivía la teoría sobre la base de que en la altiplanicie boliviana, en la región Qulla, se han encontrado restos fósiles de seres humanos con restos de antiguos animales de especies ya extintas.

 

La teoría de Amghino es una herencia de las teorías darwinianas que surgen como una tendencia a proponer un multidireccional, habiendo los hombres evolucionado en distintas regiones del mundo y no solo en Europa.

 

Cabe señalar que por la misma época en que Ameghino planteaba su teoría, Eugenio Dubois, médico holandés, sostenía en 1891 que la humanidad se originó a partir del Pitecanthropus Erectus, cuya antigüedad se remontaba hacia 900,000 años (era cuaternaria), posición que difería totalmente con lo sostenido por Ameghino.

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