Mientras Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) pisa el acelerador para descubrir nuevos pozos petroleros y gasíferos, que según autoridades dan resultados positivos, los expertos alertan que el valor del gas va en caída y afectará a la economía nacional, pues gran parte del presupuesto del Estado proviene de la renta de la venta del energético al mercado externo.
El vicepresidente de YPFB, Enzo Michel, en entrevista con el canal oficial de BTV, dijo que trabajan arduamente desde hace dos años en exploración para incrementar las reservas y la producción.
Admitió que hubo un rezago de anteriores administraciones de YPFB en el tema de exploración y la tendencia de la declinación natural de los campos es un hecho, por ello es importante los trabajos que realizan, a partir del plan del reactivación del upstream.
Anunció que el pozo Remanzo X1 abre perspectivas positivas y promete un horizonte alentador para la economía nacional, así como para el mercado externo e interno, con una producción estimada de 0,7 TCF y de ingresos de 5.000 millones de dólares.
Recordó que Remanzo X1, hace años cerró por diferentes razones, debido a que la tecnología no acompañaba al proceso de explotación, pero después de una evaluación, nuevamente se trabaja en el lugar y se visualiza presencia de hidrocarburos, lo que empuja a que se perforen hasta cuatro pozos en los siguientes meses.
“La entrada de producción va a ser muy pronto”, adelantó el ejecutivo de la petrolera estatal en el canal estatal.
Valor
Más allá de subir o no la producción de hidrocarburos, tanto petróleo como gas para atender el mercado interno y el externo, se pone en la mesa la alerta de la caída del valor del energético ante el peligro de dejar de exportar a mercados vecinos.
Argentina ya lo anunció, que dejará de depender del gas boliviano en el 2024 debido a la puesta en marcha de su reservorio de Vaca Muerta, que no sólo cubrirá la demanda interna sino apunta también a la externa.
El artículo de opinión del experto en el tema hidrocarburífero, Mauricio Medinaceli, titulado: Las ventas “casadas” de la casera (hueso + carne) y el valor del gas natural boliviano, muestra un panorama poco alentador para el energético.
“Los hombres de negocios, prácticos al fin, muchas veces entienden el valor como una mayor ganancia monetaria. Sí, ya sé que existen otros factores que podrían entrar dentro de este llamado “valor”; sin embargo, en general, un mayor precio de venta o menores costos de producción incrementan el valor de una determinada actividad comercial”, sostiene.
Considera que los ingresos por ventas definen gran parte del valor del gas natural, pero también entiende que los costos también debieran analizarse, sin embargo, sólo se concentrará su atención en los ingresos.
“En general nos alegramos cuando la producción de gas natural se incrementa y nos ponemos tristes cuando esta disminuye. La razón es sencilla: mayor producción, significa mayores ingresos, que a su vez originan mayor recaudación por regalías e Impuestos Directo a los Hidrocarburos (IDH) y de esta manera, el gobierno central y los regionales pueden pagar el sueldo a profesores y médicos (entre otros); por su parte, menor producción ocasiona lo contrario”, describe.
Sin embargo, la producción es una parte (muy importante ciertamente) de la historia. El precio de venta tiene algo que decir y de hecho, esta variable me ayudará a mostrar la hipótesis que intentaré demostrar en este texto: «con alta probabilidad, la caída del valor de nuestro querido gas natural será mayor a la caída en la producción», señala.
Si no pasa algo extraordinario, en el futuro la producción y el valor del gas natural tendrán el comportamiento de altas y bajas, pero la caída en el valor es mayor al volumen de producción.
¿Por qué sucede algo así? Se pregunta y explica que en el futuro, las ventas de gas natural al mercado interno serán proporcionalmente mayores a las exportaciones. En lenguaje de la casera: “al vender casado hueso y carne, la cantidad de hueso será cada vez mayor a la de carne”. Esto se da porque los precios del gas natural en el mercado interno (el huesito) están subsidiados, por ello, son menores a los precios de exportación de gas natural (la carne).
Un contra argumento podría ser: “pero ese no es problema, porque los bolivianos se benefician con bajos precios del gas natural”. Con este argumento se mantienen los subsidios a los hidrocarburos… pero a este paso, ya no habrá mucho qué subsidiar, porque la producción es cada vez menor y las arcas fiscales cada vez están más vacías, advierte.
“¿Y por qué me importa esto? Dirán el profesor rural, la enfermera del hospital, el profesor de la UMSA o la persona que recibe la renta de la vejez. Bueno, le cuento que debería importarle, porque gran parte del ingreso que reciben estas personas provienen de las ventas de gas natural… provienen del valor del gas natural”, concluye.
Pero no sólo Medinaceli advierte la caída de los ingresos de la renta del gas, sino que el economista Gonzalo Chávez reitera la complicada situación del sector de hidrocarburos en sus redes sociales.
De acuerdo a datos de la Fundación Jubileo la producción de gas cayó a 37 millones de metros cúbicos día (MMmcd) en la presente gestión y autoridades del gobierno anunciaron que buscan estabilizar la misma en 30 MMmcd.